Las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se están encontrando, por
todo el territorio nacional, varios casos de personas relacionadas con
la estafa de los «billetes tintados» (también conocida como
«wash-wash»). En todos, se repite la misma historia: alguien
dice que puede «fabricar» billetes de 50 euros gracias a unos
«productos químicos» que aplica a unas cartulinas blancas hasta que se
convierten en billetes auténticos. El último arresto se produjo
hace algunas semanas en Vigo, donde fueron detenidas cuatro personas que
pretendían estafar al vendedor de un chalé. El mes pasado, en Murcia,
también cayeron dos individuos procedentes de Costa de Marfil y de
Camerún, justo antes de cometer el engaño.
Estafó 40.000 euros
Los autores de estos delitos —pueden ser condenados a penas de hasta seis años de cárcel— son siempre miembros de bandas africanas. Recientemente, un ciudadano de origen ruandés, Justin Hapi, fue condenado por la Audiencia Provincial de Gerona a dos años y cuatro meses de prisión por estafar a una empresa 40.000 euros con este timo. Se hizo pasar por un empresario guineano e hizo creer a los responsables de Transgrués Font S.L. que quería adquirir maquinaria para construir hoteles en Guinea. Dijo que, aunque tenía mucho dinero para invertir, lo tenía que pasar «tintado» por la aduana de su país, es decir, en fajos de cartulinas que luego «transormaría» en moneda de curso legal. Les hizo el truco y cayeron en la trampa.Los estafados primero entregaron 29.500 euros en billetes de 500 y luego 7.500 para comprar los «carísimos» productos químicos que, según el ruandés, eran necesarios para «fabricar» los billetes.
Contacto con una mafia
Aunque parezca increíble, siempre hay víctimas que muerden el anzuelo.
Suelen ser escogidas por las mafias porque regentan algún negocio,
poseen un bien inmueble que desean vender o tienen capacidad para
disponer de mucho dinero en muy poco tiempo.
Acordaron una cita en un hotel del sur de Madrid
Testigos del ritual milagroso
Llegó
acompañado de otra persona que portaba un maletín donde guardaba todos
sus utensilios. El ritual, que se realizó en una habitación, tiene su
parafernalia estudiada. Cierran las cortinas, el estafador se coloca
unos guantes de latex y muestra un taco de lo que él llama «negativos de
billetes originales», que no son más que cartulinas de color negro
—embadurnadas con polvos de talco para darle un aspecto sedoso y
blanquecino— de las mismas dimensiones que los billetes de 50 euros. Durante la farsa, que no durá más de un hora, Marcos hace creer que ha convertido papeles blancos en billetes de 50 euros. Advierte de que si estamos interesados empecemos «multiplicando unos 30.000 euros, que se convertirán en 90.000».
Un timo de moda
Este
periódico ha comunicado a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal
(U.D.E.F.) de la Policía la existencia de esta mafia africana. Según
ellos, el «modus operandi» no cambia. Una vez que la víctima está
convencida, entrega una cantidad alta de dinero, que en el proceso del
entintado es hábilmente sustituida por cartulinas negras. Luego, con la excusa de esperar veinticuatro horas, hasta que se complete el proceso «milagroso», los estafadores desparecen.
Actúan en equipos de dos o tres personas. No se mezclan con otros
africanos porque son muy desconfiados. Esta estafa es el timo de la
estampita del siglo XXI y «ahora con la crisis se ha puesto de moda,
pero vemos que a la gente le da vergüenza denunciar».
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