18 de enero de 2016

El fraude del azafrán español

El estigma rojo de la flor del azafrán (Crocus sativus) es una de las especias más antiguas y caras del mundo, especialmente aquellas variedades reconocidas internacionalmente por su calidad, como el azafrán cultivado en España. Esto ha favorecido la actividad fraudulenta de etiquetar como español un azafrán que no lo es.
“Desde hace unos años los medios de comunicación vienen denunciado este fraude, pero hasta ahora apenas existían herramientas analíticas para detectarlo, así que hemos  desarrollado una nueva estrategia de autenticación del azafrán basada en la metabolómica, es decir, la huella dactilar química de los alimentos”, explica Josep Rubert, investigador de la Universidad de Valencia.
La nueva técnica permite diferenciar tres tipos de azafranes: el certificado con la denominación de origen protegida (DOP) de La Mancha o Aragón, el cultivado y empaquetado en España (aunque no tenga DOP) y aquel etiquetado como ‘azafrán español’ que, a pesar del nombre, es de origen desconocido (aunque muy probablemente empaquetado en nuestro país).
Más del 50% de las muestras etiquetadas como 'azafrán español' no se han cultivado ni procesado en España
Con esas posibilidades, Rubert, junto a científicos de la Universidad de Química y Tecnología en Praga (República Checa) –donde también es investigador postdoctoral y ha realizado este trabajo–, recogieron 44 muestras comerciales de azafrán para comprobar la veracidad de lo que ponía en su etiqueta.
Los resultados, que publica este mes la revista Food Chemistry, revelan que más del 50% de las muestras etiquetadas como ‘azafrán español’ no se han cultivado ni procesado en España. “Muy probablemente se compra azafrán de peor calidad y a un precio mucho más bajo en otros países (como Marruecos, Irán o India, según nuestros datos) –apunta el investigador–, y después se envasa y vende como español ese azafrán de origen desconocido, un fraude que juega con la confianza del consumidor”.
La técnica desarrollada por los científicos checos y españoles ha confirmado que los azafranes etiquetados con DOP de la Mancha (y Aragón) sí se cultivaron y procesaron en España. “No había fraude, cuadraban perfectamente con nuestros modelos”, subraya Rubert, “a diferencia de las muestras del ‘azafrán español’, que tenían un metaboloma o conjunto de pequeñas moléculas completamente diferente”.

Química para desenmascarar el fraude

Para desarrollar su metodología, los autores han unido la química y la estadística. La primera fase del estudio ha consistido en identificar los metabolitos o pequeñas moléculas características del azafrán. Después han creado un método para detectarlas mediante la cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas de alta resolución.
Por su parte, los tratamientos estadísticos han servido para detectar las diferencias claras entre los tres tipos de azafrán y validar la técnica. Según los autores, el resultado “es un modelo de excelente calidad que clasificó de forma correcta el 100% de estas muestras y, presenta para otras (aunque estén sin etiquetar y sean desconocidas) una capacidad de predicción superior al 85%”.
Respecto a los mejores marcadores moleculares para identificar el origen del azafrán, los autores sugieren que son los glicerofosfolípidos y sus lípidos oxidados. También han observado que la tecnología o procesado del azafrán desempeña un papel clave, “concretamente durante el secado, donde se forman productos de transformación de acuerdo con la temperatura a la que se realiza y vinculados al origen”.
Exportaciones (en azul) y producción (en rojo) de azafrán en España entre 1997 y 2013. / Fundación Consejo Regulador DPO Azafrán de La Mancha
Exportaciones (en azul) y producción (en rojo) de azafrán en España entre 1997 y 2013. / Fundación Consejo Regulador DPO Azafrán de La Mancha
Por ejemplo, en el caso del azafrán de La Mancha se realiza un secado extendiendo los estigmas frescos sobre cedazos, que se colocan junto a fuentes de calor como el fuego, las brasas, cocinas o braseros. La deshidratación es rápida –dura una media hora– y se lleva a cabo a unos 70 ºC, lo que acelera la oxidación de los lípidos.
En las últimas décadas el azafrán de Castilla-La Mancha ha supuesto más de 97% de la producción nacional, que presenta un desfase enorme respecto a las exportaciones de este producto. Entre los años 1997 y 2013 se produjo una media de 2.813 kg de azafrán al año en España, sin embargo desde nuestro país se exportó una media anual de 35.978 kg. ¿De dónde salieron los 33.165 kg de diferencia?
“Proceden de otros países, como Irán o Marruecos”, vuelve a recordar Pedro M. Pérez, gerente del Consejo Regulador DPO de La Mancha, que insiste: “Ese azafrán extranjero se trae aquí y se etiqueta como ‘elaborado y envasado en España’, algo que es verdad, pero no se indica su verdadero origen, así que el consumidor no tiene la información suficiente para valorarlo”.
El gerente recuerda que existe una legislación nacional desde 1999 y otra europea de 2011 sobre el correcto etiquetado de los productos alimentarios, “pero los organismos competentes de las comunidades autónomas no están cumpliendo de forma eficaz su cometido para el caso del azafrán”.

12 de enero de 2016

Un crédito rápido, poco pan para hoy, mucha hambre para mañana

Como ya hemos anticipado en este blog de forma reiterada, el asunto de los micropréstamos está alcanzando una dimensión inmoral, que ha llamado la atención de Facua. Mas vale tarde que nunca. 
La ley de la selva se cumple también en la sociedad: cuando aparecen personas necesitadas, crecen los depredadores. En España, tres de cada 10 familias no llega habitualmente a fin de mes y cinco de cada diez ha pasado apuros en alguna ocasión, según la última encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Otro dato: 3,5 millones de parados no cobra ni prestación ni subsidio, según la EPA. En este ecosistema, han surgido especialistas en créditos rápidos y fáciles, pero con veneno.
Cuando alguien tiene necesidad de dinero, puede encontrarse con cuatro tipos de ofertas: créditos al consumo (con una media aproximada del 13% de tasa anual equivalente o TAE), tarjetas de crédito (hasta el 27%), créditos rápidos (a 3.500% TAE) y microcréditos (4.500% TAE). Estos dos últimos solo se diferencian por la cuantía; los microcréditos ofrecen un máximo de 600 euros.
La Asociación de Usuarios de Banco y Cajas (Adicae), ha presentado un estudio con más de 40 abusos en comercialización, publicidad y venta de estos créditos. En las próximas semanas lo denunciará a la Comisión de Competencia, la Agencia Estatal de Consumo y el Defensor del Pueblo.




Facua-Consumidores en Acción ha detectado intereses “de hasta el 4.500% TAE en un estudio realizado sobre las web de créditos rápidos para préstamos de pequeña cuantía a devolver en un mes”. Tomando como referencia un préstamo de 300 euros a devolver en 30 días, “en las ocho entidades incluidas en el estudio los intereses oscilan entre el 1.269,7% de Vivus.es y el 4.507% de la entidad Préstamo10”.
“Son tipos absolutamente desproporcionados, de usura, sobre todo en ocho entidades: Préstamo10, Twinero, sucredito.es, ¡Qué bueno!, Ok Money, creditomovil.es, Ferratum y Vivus.es (ver cuadro). En los próximos días interpondremos denuncias contra ellos”, afirman en Facua. EL PAÍS se puso en contacto con Préstamo10, Vivus y Twinero, pero los tres declinaron responder a las preguntas.
Como regla general, los créditos se encarecen a medida que baja la solvencia del solicitante y en proporción a los menores requisitos que se exigen. Esto prueba que los prestamistas no exigen propiedades (o no comprueban lo declarado) porque no les importa que el deudor no pague al principio. Están convencidos de que lo hará más tarde y con unos intereses estratosféricos.
En España se puede prestar sin estar regulado por el Banco de España, al contrario que si se captan depósitos. La legislación establece que estas empresas (en muchos casos solo son páginas web radicadas en pequeños pisos de Madrid o Barcelona), deben estar registradas en la Subdirección General de Calidad y Cooperación en Consumo, dependiente del Ministerio de Sanidad.
“La inscripción en el Registro se formaliza mediante solicitud que deberá ir acompañada de la acreditación del cumplimiento de los requisitos legales, una memoria explicativa de la actividad, póliza del seguro de responsabilidad civil y un folleto informativo sobre precios máximos de los servicios que aplicará y las operaciones y servicios que prestan”, señalan en Sanidad. Sin embargo, la capacidad sancionadora, en caso de abusos, está en manos de las Comunidades Autónomas, lo que dificulta su control.
Las asociaciones de consumidores preparan demandas por abusos y publicidad engañosa
Las asociaciones de consumidores coinciden en señalar que la legislación sobre los prestamistas es ambigua, lo que ha facilitado que crezcan los abusos en la crisis ante las necesidades económicas de los ciudadanos, la falta de transparencia con la que trabajan y el afán consumista de la sociedad. “No se realizan controles ni se aplican sanciones contundentes”, acusa Facua.
Y en este entorno han crecido estas empresas que cobran unos intereses que, según recuerdan Facua y Adicae, “superan con creces el 24,6% de interés declarado usurario por el Tribunal Supremo en una sentencia del 25 de noviembre pasado. El caso era un crédito de una tarjeta revolving”. Se denomina revolving a los créditos preconcedidos por una cantidad limitada.
Para Adicae la sentencia “es importante porque, aunque no crea jurisprudencia, confirma que el Supremo antepone la protección al consumidor y su riesgo de sobreendeudamiento ante el que asume la entidad al conceder de forma irresponsable créditos a intereses desproporcionados”. Sanidad no se pronuncia sobre si estos tipos son abusivos o usureros: “Eso lo deben determinar los tribunales de Justicia”.
Cetelem o Cofidis están en otra liga, aunque también ofrecen créditos rápidos al 17,75% y 24,51% TAE respectivamente, si prestan 4.000 euros en 12 cuotas, según Facua. “Nos regula el Banco de España, la publicidad está controlada, rechazamos ocho de cada diez peticiones por falta de solvencia y ofrecemos créditos a largo plazo. Somos otro tipo de empresa frente a esas web que en realidad solo ofrecen aplazamientos de pago. Nosotros competimos con las tarjetas de consumo de los grandes bancos”, recuerda Carolina de la Calzada, directora de Marketing de Cofidis.
La compleja regulación de este negocio (tres leyes, de 2007, de 2009, de 2011 y una directiva de la UE) no facilita las reclamaciones. Para Adicae, falta lo más importante: trasponer la directiva de sistemas de resolución extrajudicial de conflictos en consumo, que no ha sido adaptada por este Gobierno. “En un país como España donde ni las reclamaciones ante el Banco de España y la CNMV son vinculantes, la vía extrajudicial puede ser un buen camino para acortar los procesos de abusos en este sector”, dice Adicae. A río revuelto, ganan los usureros.

Twitter Facebook Favorites

 
Design by NewWpThemes | Blogger Theme by Lasantha - Premium Blogger Themes | New Blogger Themes