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30 de marzo de 2015

El Cobrador del Frac o el cazador cazado

Una de las más famosas empresas de recuperación de deudas que no devuelve el dinero recuperado a sus clientes. Paradójicamente, el Cobrador del Frac se ha convertido en un moroso más. Es lo que denuncia Raquel Lombas,dueña de la empresa 5Cero2, que vendió una deuda al Cobrador de la escuela de negocios Exduco de 7.199 euros y hasta este miércoles, cuando reconoció que había puesto su caso en manos de El Confidencial, no le entregaron un cheque con la deuda pendiente: 1.200 euros.
Esta rocambolesca historia del timo del Cobrador del Frac se inició el verano pasado. La cesión de la deuda ya implicaba que de los 7.199 euros que reclamaba la empresa, el Cobrador se queda con el 60% y el acreedor apenas recupera el 40% restante. "Era mejor eso que nada, así que firmamos", comenta Lombas en conversación con este diario. El Cobrador habló con el moroso y negoció a la baja a la deuda para dejarla en 6.000 euros. "De nuevo vimos reducido el importe a cobrar, pero no encontramos una alternativa de calidad así que dijimos que sí a la rebaja". El moroso finalmente sucumbió al Cobrador en agosto de 2014 y abonó la deuda en dos plazos. El Cobrador pagó a su cliente un primer pago de 1.200 euros ese mismo mes, "y tenían que hacer un segundo pago por el mismo importe entre agosto y noviembre de 2014". Pero nunca lo hicieron.
(elcobradordelfrac.com)
(elcobradordelfrac.com)
Cuando esta cliente llamaba a las oficinas centrales del Cobrador del Frac, "lo hago casi todos los días", alegan problemas burocráticos. "Que si falta una firma para hacer el talón, que si quien firma está de baja...". Excusas. El Cobrador reaccionó esta semana, cuando su cliente le dejó bien claro que su caso lo había aireado en un medio de comunicación. "Me entregó un talón fechado en noviembre. ¡En noviembre! El banco me ha dicho que no va a haber ningún problema para cobrarlo".

Más afectados

Lombas cree que su caso no es el único y que hay más personas afectadas por el timo de la compañía. "Estamos pensando en crear una plataforma de afectados por las irregularidades del Cobrador del Frac en las próximas semanas". En un foro, personas anónimas se desahogan y comparten este mismo fraude: que pusieron su caso en manos del Cobrador del Frac y ahora es el Cobrador el moroso. La última denuncia vertida en esta web es del 24 de marzo. En ella, un estafado reconoce que "el Cobrador lleva dándonos largas desde hace cinco meses, y estamos mirando cómo meter presión para que nos dé nuestro dinero".
Los afectados coinciden básicamente en la forma en que les estafan: el Cobrador recibe la deuda, efectúa un primer pago al cliente del 20% de la deuda total y se queda con el segundo pago. Las quejas suenan al unísono: "A nosotros nos costó muchas llamadas a Madrid, pero al final nos pagaron"; "no trabajéis con ellos, ¡son peores que los deudores!"; "no pagan nunca, cobren o no. Se quedan con lo que cobran y con lo que te sacan a ti". El caso de Lombas parece que no es un caso aislado.

27 de octubre de 2013

El moroso tenía razón

"Volveremos a llamarle”. Carlos León encajaba la amenaza antes de colgar el teléfono sabiendo que inexorablemente se cumpliría al día siguiente a la misma hora. El cobrador que le exigía el pago de una deuda de 23 euros con una compañía telefónica llamaba todos los días a las nueve de la mañana. Así durante dos meses. Un juez acaba de dictaminar que este usuario fue “intimidado de forma constante” por la compañía de cobro Konecta para obligarle a pagar. El magistrado condena a la empresa de telefonía a pagar 900 euros, que él ya ha donado a la asociación de consumidores que le apoyó en el caso. “El dinero no me importa, es algo simbólico”, afirma León triunfante con la sentencia en la mano.

La resolución no es común. Muchos morosos, incluso aquellos que no pagan el teléfono por discrepancias con la factura, han recibido este tipo de llamadas, pero muy pocos han acudido a los juzgados para denunciar las coacciones. Lo sabe bien Pablo Camacho, un abogado que ha transitado por los dos bandos. Camacho trabajó cuatro meses para el Cobrador del Frac, hasta que las prácticas que él consideraba “inmorales” le hicieron fundar en 2002 junto a dos socios El Defensor del Moroso.

Un cambio en el módem fue el origen del conflicto de Carlos León con la compañía. No quería pagarlo sin ver la factura porque aseguraba que la telefónica le había explicado que era parte de un servicio gratuito. Pero al devolver el recibo, su nombre pasó a engrosar la lista de morosos de Vodafone, que a su vez se lo entregó a una de las compañías que cobran sus impagos. La telefónica se defiende diciendo que impone a estas unas normas que incluyen “llamar a horas normales y nunca más de una vez al día”.

Antonio Vargas, abogado zaragozano, también fue víctima del acoso por impago, pero sus conocimientos de derecho le ayudaron a afrontar la situación. Una empresa en nombre de Movistar le reclamaba el pago de una factura que él nunca reconoció. Y actuó contra quienes le hostigaban. “Supe que había que demostrar las llamadas [de acoso] con un registro telefónico, pero entiendo que cualquier otro ciudadano no sepa por dónde salir”, explica. Los operadores de Credit and Risk Solutions llegaron a comunicar con él hasta 55 veces entre abril y septiembre de 2009, según acreditó la sentencia condenatoria por coacción a la empresa de cobros que dictó la Audiencia Provincial de Zaragoza. Aún hoy recuerda el tono impertinente de las llamadas a las ocho de la mañana, incluso en días festivos.

España es uno de los pocos países en los que no se regulan las prácticas de las empresas de cobro
Lo más efectivo, explica Camacho, es acudir a la vía administrativa y denunciar el uso irregular de información sobre el deudor ante la Agencia Española de Protección de Datos. La agencia nunca actúa de oficio. Las telefónicas y las entidades financieras son las mayores reincidentes. Un portavoz explica que entre sus investigadas están el Banco Cetelem y Cofidis, con decenas de denuncias. Mientras que el primero ha declinado dar su versión sobre estas sanciones, el segundo asegura que, cuando ha recurrido ante la Justicia, ha ganado.

La historia cambia en los matices, pero el proceso es casi siempre el mismo. El teléfono de Camacho no deja de sonar para atender a clientes. En sus 11 años de actividad afirma que ha atendido a unos seiscientos. Los tres defensores de los morosos trabajan en la calle o desde su propia casa ya que les han quemado la oficina dos veces, relata Camacho, condenado por calumnias por unas afirmaciones que hizo sobre su exempresa. “Las compañías de cobro crecen como las setas, porque es más barato recurrir a ellas que a la vía judicial, o porque son impagos que no se pueden justificar”, puntualiza. Camacho se lamenta de que estas prácticas no se hayan regulado todavía. España es uno de los pocos países de Europa que no cuenta con una norma específica sobre las empresas de recobro. En 2009, CiU llevó a la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso una proposición no de ley para establecer unas bases que saquen la actividad del vacío normativo en que se encuentra. La propuesta fue aprobada por unanimidad, pero la práctica jamás se reguló. El gerente de la Asociación de Empresas de Gestión de Cobro (Angeco), José María de Gregorio, señala que su organización, que agrupa a 49 firmas que gestionaron en 2012 unos 90.000 millones de euros de deuda, lleva años luchando por una regulación. “El sector no tiene una buena imagen pública y las sentencias por acoso no ayudan. Algunos utilizan prácticas más que sospechosas, pero no es lo habitual”, señala.
Carlos León enseña su sentencia favorable.


Uno de los expedientes sancionadores de la Agencia del Protección de Datos abierto en agosto al Cobrador del Frac, líder en el sector, incluye la transcripción de un documento interno en el que el agente informa así a su supervisor: “No está, le dejo tarjeta”. Luego hizo lo mismo en casa de la madre del afectado. El expediente también incluye unos de los carteles que los cobradores cuelgan en el buzón o la puerta del moroso con la leyenda “moroso paga o todos lo sabrán”. La empresa asegura que el proceso está aún en trámite. Cuando se interroga sobre sus métodos a Manuel Merino, director del departamento jurídico del Cobrador del Frac, rehúye dar detalles y se limita a apuntar que “no hay ninguna ley que regule las buenas prácticas” y que ellos trabajan “dentro del marco legal”.

Pedro (nombre ficticio) no opina lo mismo. Este madrileño no se siente acosado por una gran compañía de telecomunicaciones, sino por un pequeño proveedor. Acuciado por las deudas cerró hace dos años sus dos empresas de construcción y aún hoy sigue pagando a los acreedores. Algunos de ellos, cansados de esperar, decidieron recurrir a El Buda del Moroso. “Me han hecho la vida imposible, llaman a mis padres y a mis suegros a horas intempestivas”, sostiene. Esta misma compañía acumula varias sentencias condenatorias por amenazas y coacciones como las que denuncia Pedro. Este diario ha intentado sin éxito que la empresa explique su versión.

El cobrador colgó en la puerta y el buzón del deudor el cartel:
"Moroso paga a todos lo sabrán"

Los cobradores telefónicos encontraron en Rubén Sánchez un hueso duro de roer. Sánchez es portavoz de Facua, organización para la defensa de los consumidores, y también víctima de las llamadas de una empresa de cobro. Él se toma el asunto a broma. “Hay mucho miedo, la gente no sabe dónde tiene que denunciar y se encuentran con que hay una persona impertinente llamando a todas horas”, señala. Sánchez rompió hace seis años un contrato de permanencia con una compañía telefónica porque le habían aumentado la tarifa y le pedían 100 euros. Le llamaron entonces dos veces para reclamarle la deuda, que él no abonó. Su sorpresa fue que este año las llamadas volvieron, al principio a diario, ahora todos los viernes. Sánchez grabó una de estas llamadas y la colgó en Internet para denunciar el caso. Tras su experiencia, Facua lanzó la campaña #yonosoymoroso para informar a los afectados, e incluso proporciona un formulario en su página web para presentar la reclamación en la agencia de protección de datos.

“Ellos buscan quebrar tu voluntad, pero nadie tiene derecho a turbar de esa manera la tranquilidad de una persona”, asegura Carlos León, que ahora duerme tranquilo sabiendo que el teléfono no empezará a sonar a las nueve de la mañana.

3 de julio de 2011

Este muerto está muy vivo

La situación de la cristis y la eterna picaresca española lleva a agudizar el ingenio hasta límites insospechados.

Hasta el punto de llegar a publicar su propia esquela, para eludir el pago de una deuda.

Moraleja: pongan en duda lo evidente, destrás puede haver una mente maquiavélica.

21 de junio de 2011

Detenido un falso cobrador del frac que estafaba a empresas.


Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre, Rafael B.F., que presuntamente se hacía pasar por cobrador del frac, firma especializada en presionar a deudores, y estafaba a la vez tanto a las empresas impagadas como a los morosos.

Rafael B.F, de 55 años y vecino del municipio barcelonés de Sant Cugat del Vallès, se quedó previsiblemente con unos 49.000 euros tras engañar a diez compañías catalanas, informa la policía catalana.

Los Mossos detuvieron al supuesto estafador el pasado día 10, después de que una empresa del municipio gerundense de Cornellà del Terri denunciara que había sido víctima de una estafa.
El método que utilizaba el detenido era el de dirigirse a las compañías y ofrecer sus servicios como cobrador de impagados, para lo que presentaba una documentación ficticia y acordaba el porcentaje de la deuda que percibiría por su labor.

De inmediato, el estafador pedía a esta empresa una cesión de la deuda para gestionarla o un avance de honorarios para afrontar los gastos. Posteriormente, el hombre cobraba el impago, que era ingresado en una cuenta a su nombre, y, para aparentar solvencia y fiabilidad, realizaba unos primeros pagos a la empresa que había contratado sus servicios, de los que descontaba su porcentaje pactado.

Sin embargo, Rafael B.F. se quedaba con todo el resto del dinero, incluido el que la firma que reclamaba la deuda le había avanzado para gastos. A la reclamación que con el tiempo realizaban las empresas, el presunto estafador respondía con una carta en la que informaba que daba por finalizadas las gestiones y que no podía devolver el dinero ya que había cerrado el negocio por problemas de salud y económicos derivados de la crisis.

Rafael B.F. está acusado de ocho delitos y dos faltas de estafa, aunque la investigación no se da por cerrada, ya que los Mossos d'Esquadra creen que podría haber otras empresas afectadas.
El detenido, de quien no constan antecedentes, pasó a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Girona.

29 de mayo de 2010

La crisis multiplica por cinco los encargos a detectives

Los detectives privados no han escapado a los efectos de la crisis. La información cuesta, y renunciar a saber si la pareja es infiel, si una patente ha sido copiada o sacrificar la certeza de que nuestro arrendatario no subalquila nuestro apartamento sirve para ahorrar. Pero también en épocas de depresión aumenta la preocupación por el dinero, por no perderlo y por recuperar lo perdido. "La crisis ha multiplicado por cinco las investigaciones económicas de los detectives", afirma Óscar Rosa, vicepresidente segundo de la Asociación Profesional de Detectives Privados (APDPE).

Las pesquisas económicas y financieras han pasado de 40.000 a 200.000, igualan ya en número a las de absentismo laboral y casi triplican las del entorno familiar. "Suponen el 25% del total de las investigaciones", añade Rosa. La misma crisis que ha provocado la caída de otros servicios de investigación ha servido para contrarrestar sus propios efectos.

Algunas empresas recurren a los servicios de los detectives privados para no ser víctimas de un fraude por una decisión, tal como cerrar un contrato, basada en datos erróneos. "En épocas de bonanza, esta información se obtiene en el registro mercantil, pero en una situación como la actual no está bien actualizada", sostiene Óscar Rosa. "Y nosotros aportamos datos personales que no se podrían conseguir de otra manera", continúa. "Si se trata de una empresa de transporte, hablamos con los vecinos del dueño, ponemos cámaras y podemos descubrir que antes salían 50 camiones y ahora solo 20", propone Rosa a modo de ejemplo práctico.

Pero el "producto estrella" es el demandado por bancos, entidades de crédito y cajas de ahorro para localizar morosos que se esconden o para averiguar si una persona o una empresa es insolvente o si, en cambio, posee bienes suficientes para hacer frente al pago de una deuda. Hay quienes aportan datos falsos sobre su domicilio y no tienen a su nombre las empresas de las que se les supone los dueños. "Desaparecen realmente como si se los hubiera tragado la tierra", explica Eva Grueso, presidenta de la APDPE y responsable de Ascom Detectives Privados. Los informes del detective, regulados por la Ley de Enjuiciamiento Civil, serán válidos ante un juez.

Los caminos para eludir las obligaciones de pago son muchos aunque no nuevos. "Desde hace cinco años venimos detectando divorcios simulados", asegura David Sanmartín, director de la agencia de investigación privada Grupo Has y secretario de la APDPE. Para evitar el acoso de los acreedores, se intenta hacer creíble un divorcio, de manera que todos los bienes quedan a nombre de la ex pareja del moroso. La labor del detective será, según Sanmartín, "intentar descubrir si viven juntos y si mantienen una relación externa de matrimonio, es decir, si estamos hablando de un divorcio formal simulado".

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