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19 de marzo de 2016

Evita que te cuelen un billete falso



Organismos como el Banco Central Europeo trabajan de forma incansable en la mejora de los billetes y las monedas de euros. Se estima que existen en circulación más de 15.000 millones de billetes de euros a lo largo de todos los territorios de la Zona Euro. Estos billetes representan un valor agregado de 900.000 millones de euros y son utilizados diariamente por más de 338 millones de usuarios. Con datos te tal envergadura, es inevitable que aparezcan billetes falsos en circulación, no en vano, solo en el primer semestre de 2015 se retiraron 454.000 falsificaciones de la circulación. Se trata de una cifra bastante baja en relación al número total de billetes en circulación (un 0,003% aproximadamente), pero se debe seguir trabajando para mantener este número en niveles lo más bajos posibles, ya que la falsificación conlleva una serie de daños extremadamente graves para el sistema económico:
  • El aumento de moneda en circulación conduce a la inflación, con lo que el dinero sufre una depreciación en su valor real.
  • Genera desconfianza en los pagos en papel moneda.
  • Las empresas y usuarios víctimas de pagos con billetes falsos experimentan una pérdida de riqueza, ya que el valor de los billetes falsos no les es reembolsado.

Tan desastrosa puede ser la inyección de moneda falsa para una economía que esta medida fue utilizada por los nazis como arma durante la Segunda Guerra Mundial. La llamada Operación Bernhard, ideada por Reinhard Heydrich y ejecutada por el mayor de las SS del que tomó el nombre, Bernhard Krüger, supuso de la creación de todo un equipo dedicado a la falsificación de libras esterlinas. Este grupo, que operaban en el cuartel de las SS en Berlín en la Oficina 6-F-4, tenía un doble objetivo: por un lado, los nazis obtendrían financiación para operaciones de espionaje de la Gestapo y de las SS en el extranjero; y por otro, dañarían directamente a la economía británica a través de la inflación de su moneda. Estos hechos quedaron perfectamente reflejados en la película Los falsificadores (2007, Stefan Ruzowitzky), ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2008.
Hoy en día sería muy complicado que llegase a montarse una operación de falsificación de tal magnitud, pero todavía podemos ser víctimas de alguna falsificación. Por ello, para protegernos contra el fraude, lo mejor es conocer el método recomendado por el Banco Central Europeo para la detección de billetes de euros falsos. Se trata de un sencillo método en tres pasos por el que podemos comprobar las numerosas medidas de seguridad de los billetes de euros: tocar, mirar y girar.

1. Tocar

Los billetes de euro son fácilmente reconocibles por su tacto firme y áspero que le aportan las fibras de algodón con que son fabricados. Además, algunas de las impresiones de los billetes están hechas con una tinta especial con relieve.
Las zonas donde es más fácil reconocer este relieve son en la cifra más grande de los billetes, en las letras y en la imagen o motivo principal de cada billete.
Por otra parte, los nuevos billetes de la serie Europa (en 2013 se introdujo el de 5 euros, en 2014 el de 10 euros y en 2015 el de 20 euros) incorporan una serie de líneas en relieve a los lados izquierdo y derecho para ser reconocidos más fácilmente por personas con problemas visuales. Estas líneas funcionan también como una de las nuevas medidas de seguridad que incorporan los billetes de la serie Europa.

billete azul veinte euros

2. Mirar

La vista suele ser el sentido más efectivo a la hora de reconocer un billete falso. Si miramos un billete de euro auténtico al trasluz, deberíamos ser capaces de identificar ciertos elementos que no se aprecian en una observación simple. Estos son la marca de agua, que revela un dibujo de una ventana; el hilo de seguridad, que está inserto en el billete a lo largo de su verticalidad y que debe incorporar el micro-texto EURO (o el símbolo € en los billetes nuevos de euro); y elmotivo de coincidencia, unas marcas impresas en la esquina superior izquierda del billete y en la misma posición del reverso, que solo vistas al trasluz forman la cifra de valor del billete como si de un puzle se tratase.
En los nuevos billetes de la serie Europa, debemos poder reconocer también un retrato de este personaje de la mitología griega.

3. Girar

Los billetes de euros incorporan una serie de elementos cuya apariencia varía en función del ángulo de incidencia de la luz en el billete y del ángulo de nuestra visión con respecto del mismo. Estos elementos son:
    • En billetes de 5, 10 y 20 euros, una banda holográfica en uno de los bordes verticales del billete. Al girar observaremos la cifra del valor del billete o el símbolo €.

billete cinco euros monedas
    • Por su parte, los billetes de 50, 100, 200 y 500 euros incorporan un parche holográfico. El motivo de este parche variará desde la representación de una puerta o de una ventana, a la cifra del valor del billete.
    • Los billetes de 5, 10 y 20 euros cuentan además con una banda iridiscente en la que puede leerse el símbolo € así como el valor que corresponda al billete.
    • Los billetes de 50, 100, 200 y 500 euros tienen, en lugar de la banda iridiscente, una tinta especial para la impresión de la cifra del valor del billete en la esquina inferior derecha de su reverso. Esta tinta hace que el color de la cifra varíe de marrón a morado al girar el billete.

Ya hemos visto todas las medidas de seguridad con las que se diseñan los billetes de euros y que los hacen unos de los más seguros del mundo. Si seguimos estos tres sencillos pasos será muy difícil que nos puedan colar algún billete de euro falso. Y como regla de oro contra el fraude, si dudamos de la autenticidad de un billete de euro, nunca debemos aceptarlo.

2 de febrero de 2014

El faraón de los billetes falsos

Seguro que habla de mi hermano? No sé de qué me habla...

 —Vamos a ver. Estamos hablando de Rafael Velasco Cedrón. Hijo de Rafael y María. Nacido el 25 de diciembre de 1954 en Bailén (Jaén).

—Sí. Ese es mi hermano.

La casa, un bajo a ras de calle del barrio de Vallecas, es humilde, pero pulcra. En la cocina se oye el bullir de una olla a presión. Es mediodía. La mujer está un poco azarada. Su nieto está a punto de llegar del colegio para almorzar.

—Espere un momento, no sea que se me queme la comida.

Cuando regresa al saloncito, la mujer repregunta entre incrédula y desconfiada:

—¡No me estará usted gastando una broma! ¿Y qué dice que le ha pasado a mi hermano?
Rafael Velasco Cedrón fue detenido hace dos semanas por la Brigada de Investigación del Banco de España, acusado de ser el mayor y mejor falsificador de billetes de 50 euros en España. Estaba en el top ten, en el podio de los más buscados por el Banco Central Europeo. Su centro de operaciones era un chalé de una urbanización de Bargas (Toledo), donde el presunto delincuente había montado una imprenta capaz de fabricar 2.500 euros falsos al día. Además imitaba billetes de 100 dólares que podrían dar el pego al mismísimo Barack Obama.

Rafael Velasco Cedrón, en una foto obtenida de su perfil de Facebook.

—¡Qué me dice! ¿Otra vez ha vuelto a hacerlo? —inquiere la hermana de Velasco, cuyos ojos desorbitados miran tras sus gafas, escéptica y desconfiada. Solo se convence de que hablamos de la misma persona cuando el visitante le muestra una foto en la que un hombre de tez morena, con barba, sonríe campechano sentado ante un par de jarras de cerveza—. ¡Sí. Es él! —exclama entonces la hermana.

Los padres de Rafael se marcharon de Bailén hace medio siglo. Él, albañil, estaba delicado de salud y pensaron que en Madrid estaría más cerca de los médicos. Se instalaron en un pisito del barrio de Vallecas y allí fueron sacando adelante, a trancas y barrancas, a sus tres niñas y dos niños. Uno de estos era Rafael, un chico poco dado a los estudios que se empleó de aprendiz en una imprenta de la zona de Embajadores. Y asimiló tan bien los secretos del oficio que con el paso de los años se convertiría en uno de los mejores falsificadores de billetes de banco.

Se casó con Mili y tuvo dos hijos. Más tarde se divorció y se casó con Conchi. Artista autodidacto, al joven Rafael se le daba muy bien la pintura. Casi tan bien como las mujeres. A partir de 1986 empezó a constituir empresas de impresión, algunas de ellas con nombre de faraón egipcio: Fotomecánica Keops, Kefren Service, Iconos, Velamar, Proyectgraf, Dronce... En una de ellas se asoció son su esposa, Conchi; en otra, con uno de sus hermanos... Pero sus negocios no iban bien. Agobiado por las deudas, empezó a pedir préstamos a su familia —“para comprar papel”—, y esta a su vez se vio obligada a hipotecar sus casas. “Todavía hoy estamos entrampados pagando al banco”, se queja un familiar.

Cumplió ya dos años de cárcel por falsificar 3,5 millones de dólares en títulos de 50 y 100. Eran casi perfectos

Cuando Rafael Velasco tenía 45 años, en víspera de las Navidades de 2000, fue detenido en la Operación Truman por la Guardia Civil. Esta registró su casa de El Boalo (Madrid) y su imprenta de Collado-Villalba y le acusó de haber falsificado 3,5 millones de dólares en billetes de 50 y 100, listos para ser puestos en circulación, además de pliegos sin cortar por valor de 20 millones más y 1.200 pliegos de pagarés fraudulentos. “Una de las falsificaciones más perfectas descubiertas hasta ahora”, proclamó la Guardia Civil. Tan exquisita era, que el autor hasta se había molestado en hacer la minúscula e imperceptible inscripción que figura en el cuello de la camisa de uno de los padres fundadores de Estados Unidos, Benjamin Franklin: “United States of America”.

Aquel encontronazo con la Audiencia Nacional le costó dos años de cárcel y fue un mazazo para la familia, trabajadora y honrada a carta cabal. No es extraño que ahora, después de aquel episodio, sus parientes se muestren estupefactos de que haya vuelto a tropezar en la misma piedra.



Pero aquel desliz no le sirvió de escarmiento y al poco volvió a las andadas: el Grupo IX de la Brigada Judicial de Madrid le arrestó en 2003 acusado de falsear cheques y pagarés usando carnés de identidad igualmente falsos.

En 2006 unió su vida a Clara Rosa Gaviria León, una mujer nacida en Bogotá (Colombia), 15 años más joven que él. Con ella regentó con escaso éxito un negocio de hostelería en la carretera de Infiesto a Ques (Asturias). De ahí se fueron a Fuengirola (Málaga), donde abrieron otro bar en la avenida de los Boliches, que tampoco fue bien, por lo que la pareja vivió de cuidar a un anciano. Más tarde abrieron otro restaurante en la calle de los Tamarindos de Mijas, donde residían en un chalé alquilado en la urbanización El Lagarejo.
En junio de 2013, un individuo coló un billete falso de 50 euros en una tienda de Jaén. La dependienta se mosqueó y avisó a la policía, que tardó poco en localizar por la zona al sospechoso y a dos compinches. “El billete era muy bueno”, asegura un mando policial. Hasta el punto que hizo saltar las alarmas del Banco Central Europeo, que le asignó un número en clave: 50C90.

Siguiendo la pista de los tres piruleros de Jaén, la Brigada de Investigación del Banco de España llegó hasta el impresor de aquel billete y otros que habían ido apareciendo a lo largo del año en tiendecitas y mercadillos callejeros. El presunto padre de aquellas buenísimas imitaciones era Rafael Velasco Cedrón, a cuyo chalé de Mijas solía acudir una procesión de compradores. Estos los adquirían al 10% de su teórico valor facial, es decir, solo pagaban cinco euros por cada billete de 50.

Velasco, aficionado a la lectura y al cuidado de las gallinas, es un hombre cauteloso y discreto. Estaba inquieto por la constante presencia de visitantes a su casa de Mijas. Así que en noviembre pasado decidió trasladar su negocio a un chalé de la calle de Mónico García de la Parra de una urbanización de Bargas, a dos zancadas de Toledo. Allí trasladó toda su fábrica de moneda: 15 impresoras, plastificadoras, planchas metálicas, negativos, tintas, prensas, máquinas de termoimpresión y hasta un ingenioso horno para el secado de los euros ideado por él mismo.

2 de noviembre de 2011

Un banco de China desvía las quejas a la "dirección de correo más larga del mundo

Una sucursal del Banco de China en una provincia del país recibido críticas por usar un largo e indescifrable correo electrónico de 76 caracteres como buzón de quejas, un email que los internautas chinos han bautizado como "el más largo del mundo", informó hoy la prensa china.

La dirección, a la que debían acudir aquellos ciudadanos que encontraran un billete falso en Fujian (sureste de China), fue publicada en microblogs del país y se convirtió en uno de los temas más debatidos los últimos días en las redes sociales chinas, señaló el diario South China Morning Post. El email en cuestión  es:
0xLJB3F6C4C9D3EBCFD6BDF0B9DCC0EDzFJPJKFBCNYXJGL@mail.notes.bank-of-c hina.com, y no fue encontrado en una web (donde sería fácil copiarlo para pegarlo en un correo), sino en un cartel de la sucursal en la calle, por lo que había que "memorizarlo" o apuntarlo para usarlo.

El correo no sólo es difícil de usar por su longitud, sino también porque alterna letras mayúsculas con minúsculas y usa varias veces el carácter "0" (cero), fácilmente confundible con una letra O, por lo que algunos usuarios lo han definido como "el test definitivo para la paciencia y persistencia de una persona", informa Efe.

Los encargados de la sucursal explicaron que todo se debió a que idearon un correo en caracteres chinos pero éste fue codificado automáticamente en combinaciones de letras y números por los ordenadores, pasando a ser el galimatías mencionado sin que ellos se dieran cuenta.

Las quejas y burlas motivaron que el banco, uno de los más grandes de China, cambiara la dirección por una más corta, aunque tampoco muy pronunciable, al menos en su primera parte (fjzhfjts@bank-of-china.com).

1 de abril de 2011

El Bundesbank sufre una estafa de 20 millones de euros

En lugar de reciclar el material con el que estaban hechas, reciclaban directamente las monedas. Estafar es más rápido y, sobre todo, mucho más lucrativo. Más de veinte millones de euros, según la fiscalía de Fráncfort, logró reintroducir en Alemania una trama mafiosa que arreglaba en China monedas inutilizadas de uno y dos euros procedentes de Europa. Una vez puestas a punto ilegalmente en Asia, cuatro azafatas de las líneas aéreas Lufthansa las traían de vuelta en avión y las cambiaban por billetes en las dependencias del Banco Central Alemán (Bundesbank).

La estafa comenzaba ya con la compra por parte de una banda organizada de la chatarra de monedas desmontadas que el Bundesbank ponía a la venta para el reciclado del metal de las monedas desechadas, que suponen varias toneladas al año. Los compradores de las monedas desmontadas las enviaban seguidamente en cargamentos declarados como chatarra a China, donde se volvían a montar y se preparaban para su retorno a Alemania en envíos que no superaban los 10.000 euros, el máximo no declarable ante las aduanas germanas.


El diario Bild habla hoy a toda plana de supuestos "cómplices en el Bundesbank", extremo desmentido por la Fiscalía alemana a este periódico. Sobre la procedencia asiática de la estafa, los fiscales de Fráncfort consideran que "es de sospechar", porque "de los seis detenidos, cuatro son chinos". Tienen entre 28 y 45 años.

Era un negocio redondo como las propias monedas. Una vez se consideran demasiado usadas, estas se inutilizan y se subastan en Europa como chatarra para el reaprovechamiento del metal. Los falsos monederos las compraban a peso, pagando por cada moneda sólo el valor intrínseco del metal, obviamente mucho menor que su antiguo valor nominativo de uno o dos euros. En China les devolvían el valor nominativo arreglándolas una por una.

Las azafatas las devolvían a Europa en su equipaje de mano en cantidades de menos de 10.000 euros, para evitar tener que declararlas en la aduana. Que el negocio ilegal marchaba viento en popa quedó demostrado con las tres toneladas de chatarra numismática que encontró ayer la policía en sus registros en Fráncfort, Offenbach, Fulda y Mörfelden-Walldorf.

28 de febrero de 2011

El billete de 50 € supera al de 20 como el más falsificado


Cambio de tercio en el mundo de la falsificación. Por primera vez desde la entrada en circulación del euro, el billete de 20, que hasta ahora reinaba en el reino de la copia, ha dejado de ser el más falsificado al ser superado por el de 50, que desde hace meses es el rey indiscutible de ese negocio ilegal. Así lo atestiguan a escala europea el último informe del Banco Central Europeo y, en lo que a Catalunya se refiere, los especialistas en falsificaciones de los Mossos d’Esquadra.

Según consta en el documento del Banco Central Europeo, que es adonde van a para todos los billetes falsos detectados por entidades bancarias de la eurozona, el 40% de los billetes fraudulentos localizados el segundo semestre del 2010 son de 50, mientras que el 38% son de 20. En total, en los últimos seis meses del año pasado se detectaron 364.000 billetes falsos, lo que supone el 0,002% de los 13.600 millones de billetes de euros que hay en circulación. El fenómeno de la falsificación se estabilizó el año pasado, cuando en total en la UE se incautaron 751.000 billetes, después de que en el 2009 esta actividad se disparara hasta llegar a los 860.000 billetes retirados.

Ese cambio de tendencia también ha sido percibido por los Mossos d’Esquadra, que sostienen que en Catalunya el billete falsificado que más circula es el de 50. «La razón es que un billete de 50 falso es más rentable que uno de 20», comenta un responsable de la Unidad Central de Falsificación de Moneda y Blanqueo de la policía catalana.

EL PRECIO DE LAS COPIAS / Este experto policial en falsificaciones detalla el funcionamiento de todos los eslabones de ese negocio ilegal, desde el falsificador hasta el individuo que intenta colocarlo en un comercio. «Las falsificaciones son cada vez mejores y las copias de más calidad se hacen en la zona de Nápoles (Italia), en Colombia y en Bulgaria», señalan esa fuente.

«Normalmente, el trabajo del falsificador acaba ahí», añade. O sea, se limita a fabricar el billete falso y a venderlo. ¿Y cuánto cuesta un billete falso? «La persona que tiene el contacto con el falsificador suele pagar un 10% del valor. Es decir, cada billete de 50 euros le cuesta cinco», comenta esteresponsable policial.

Sin embargo, en este fenómeno delictivo hay una larga cadena de intermediarios. Los billetes falsos son, aunque resulte paradójico, un elemento que permite obtener grandes ingresos así que el primer comprador se lo vende a otro y así sucesivamente. Al final, el último de los compradores, ya en el país, como por ejemplo España, donde se va a intentar utilizar ese billete falso pude acabar pagando por cada unidad entre un 30% y un 40% del valor que tendría si fuera auténtico. Es decir, por 6.000 euros en billetes falsos de 50 el comprador final puede haber pagado en torno a los 2.500 euros.

COMPRAS PEQUEÑAS / Ese comprador final forma parte de pequeñas redes que se ganan la vida estafando con esos billetes. Su modo de actuar es meter ese papel moneda en el sistema financiero como si fuera bueno. Normalmente intenta comprar algo con ese billete falso. Sobre todo suele ser ropa, electrodomésticos, material informático e incluso comida, que luego revende. Aunque los Mosssos d’Esquadra tienen constancia de incluso la adquisición de un vehículo de segunda mano con billetes falsos, normalmente suelen ser compras pequeñas pues pagar con grandes sumas en metálico resulta sospechoso.

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