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2 de agosto de 2016

Timo en el lago: este tipo se forró vendiendo a VIPs chalés en Brasil que no existen

Poca gente representa tan bien y tan a lo grande la historia de la burbuja inmobiliaria como Luis Nicolás Mateos. Un chico humilde de Murcia, un vendedor de coches que en 2003, con solo 29 años, montó su empresa para construir urbanizaciones de miles de viviendas. Compró un terreno en Brasil, abrió oficinas en Londres, Barcelona y Madrid y se subió a un Ferrari. Promocionó a lo grande su resort de lujo: Lagoa de Coelho. Sin poner ni un ladrillo llegó a ingresar unos 15 millones de euros de cientos de compradores -entre ellos famosos como Cristina TárregaSantiago Segura y un puñado de futbolistas profesionales- para una urbanización que nunca llegó a construir. Una década después, la Audiencia Nacional ha terminado la investigación y Luis se sentará en el banquillo por estafa, donde el fiscal le pide casi nueve años de cárcel. Cuando estallan las burbujas duelen.


Había que estar ahí. En Murcia, en esos años locos del ladrillo. Cuando un melonero era capaz de vender un resort -no los llamaban urbanizaciones- de miles de viviendas en un secarral en el interior. Cuando Camacho anunciaba Polaris World y los ingleses parecía que comprarían cualquier vivienda, sin importar la ubicación ni calidad de los cimientos. Ahí fue cuando Luis Nicolás vio que no iba bien encaminado. Que su obsesión por ser millonario no iba a llegar vendiendo Mercedes en un concesionario de Murcia. Se le daba bien, era alto, guapo, y tenía labia. Pero con los coches no se ganaba tanto dinero.


Así que se pasó al ladrillo. "Comenzó a vender casas de Polaris a ingleses. Primero como agente y luego las compraba sobre plano y les daba el pase. Luis puede vender humo y le iba muy bien", cuenta una persona que le trató. Dar el pase es el concepto clave. Dar el pase era vender una vivienda sin haber hecho nada y ganarle unas decenas de miles de euros. Con el precio de la vivienda desbocado quien no daba un pase era tonto.
Estaba obsesionado con entrar en la lista Forbes. Casi a diario miraba cuánto dinero hacía falta para estar.
El 28 de enero de 2003, con solo 29 años, dejó su trabajo como vendedor de coches y fundó el Grupo Nicolás Mateos. Pese a que el capital social era de solo 3.000 euros el nombre da idea de que iba a lo grande. "Estaba obsesionado con el tamaño. Todo tenía que ser enorme. Si se ponía un cartel promocional tenía que ser el más grande". Montó oficinas en Murcia y coronó un edificio con su nombre.
Él decía que su padre se había arruinado con la construcción y que quería resarcirlo, que era una forma de homenaje. En 2005, sin haber movido ni un camión, lanzó su órdago. "Compró un terreno en Brasil baratísimo. El lugar era precioso, en el noreste, cerca de Natal, junto a un lago", recuerda una persona próxima a él. Lo llamó Lagoa de Coelho. "Según constaba en los diversos anuncios y folletos, en el complejo residencial se proyectaba la construcción de aproximadamente 13.500 viviendas, así como centros comerciales, lago, teatro, instalaciones deportivas", según la calificación del fiscal. "Pese a conocer que no contaba con el soporte económico ni financiación para acometer la obra comenzó la promoción de la misma, sobre plano, con el fin de lucrarse ilícitamente con las cantidades que le sería entregadas por los compradores", añade.
No construyó ninguna de las 13.000 viviendas prometidas. Él lo achaca a "circunstancias sobrevenidas por la crisis mundial"
Hoy cuesta creer que gente de clase media pueda dar un anticipo para comprarse una casa en Brasil, pero entonces tenía sentido. "Te explicaba que en avión tardabas cinco horas, que iba a ser igual volar desde Alicante que ir en coche a Segovia", cuenta uno que estuvo a punto de comprar una casa. Los compradores daban un anticipo de unos 20.000 euros. Parecía no haber riesgo. Las casas valían entre 76.500 y 130.758 euros. Las cantidades estaban avaladas por la sociedad italiana Albatross Invest SPA Fidejussoni & Canzioni y utilizaba bancos de renombre, principalmente elPopular y el Santander. Él garantizaba que la promoción se revalorizaría y que cuando estuviera terminada podrían venderla por más dinero. A quien no quisera vender, Luis Nicolás le garantizaba que le pagaría durante dos años un alquiler de 400 euros al mes.
¿Qué podía salir mal? La fachada era impecable. Abrió oficina en Trafalgar Square (Londres), en Barcelona y en Madrid. Presentó el proyecto en una fiesta en La Moraleja en la que se gastó 300.000 euros. Solo la maqueta costó 30.000. Se movió entre deportistas profesionales y famosos. Le compró un Ferrari rojo a Fernando Morientes y fichó un guardaespaldas. "Llevaba un reloj de esos enormes que hacía que se escorara hacia un lado", resume un exempleado que pide el anonimato. Cristina Tárrega, Santiago Segura, el exfutbolista del Atlético y el Rayo José María Movilla fueron algunos de los que picaron. Por eso Promociones Skolnick, la empresa de Segura dedicada al sector inmobiliario, figura entre las acusaciones en la Audiencia Nacional. 
"Había gente de la música, del fútbol y del baloncesto. El proyecto era precioso", cuenta una compradora
Ninguno ha querido comentar la compra para este diario. Nadie quiere salir como el que picó en una cosa así. Un agente de futbolistas, Mariano Aguilar, de la agencia de representantes Baia, vendía casas entre famosos, como hacían otros deportistas profesionales. "Había gente de la música, del fútbol y del baloncesto. El proyecto era precioso", resume una de esas compradoras. En el listado de demandantes de la Audiencia Nacional hayun letrista de canciones de Miguel Bosé, un notario, un dentista, el dueño de una empresa de ropa de comuniones para niñas... pero también algún camionero y gente modesta. Hay multitud de británicos atrapados y hasta un neozelandés. Mientras los compradores picaban, Luis Nicolás se gastaba el dinero en pirotecnia. Patrocinó un equipo ciclista profesional que presentó junto al alcalde de Murcia. "Estaba obsesionado con entrar en la lista Forbes, casi cada día entraba a mirar en la web cuánto dinero hacía falta para estar ahí".
Con el tiempo surgieron las dudas. Las obras debían comenzar en octubre de 2006, pero el Grupo Nicolás Mateos no tenía experiencia ni músculo financiero. Necesitaba unos 250 millones de dólares y aunque hasta 2008 siguió vendiendo casas e ingresó unos 15 millones seguía muy lejos del mínimo necesario. En un momento alguien en la empresa puso en duda cómo iba a construir aquello y Luis Nicolás contestó que con su pulmón. Cuando ya era evidente que no iba a poder construir 13.000 viviendas vendió el 40% de la empresa por unos ocho millones a Torrevisa, una constructora de Torrevieja. Eso le dio credibilidad y le permitió seguir un tiempo. "Movimos algunas tierras para tranquilizar a los clientes pero no había forma de construir en Brasil", resume un colaborador. Los consultados han pedido el anonimato. Nadie quiere que le recuerden en esa empresa. Han borrado el Grupo Nicolás Mateos de sus currículos.
Una empresa italiana insolvente garantizaba las cantidades que adelantaban los compradores
Pero al final cuanto más subes más dura es la caída. Las empresas italianas que avalaban a los compradores estaban "en situación de quiebra desde el 15 de mayo de 2007" y el gobierno italiano las había suspendido el 15 de diciembre de 2006. A principios de 2009, cuando debía entregar las primeras llaves, "en el terreno no se había realizado más que un desbrozamineto de la maleza", según el fiscal. No fue el único proyecto fallido. Emprendió una residencia de ancianos en Campos del Río (Murcia) que tampoco terminó.
Según la fiscalía, no solo es que no construyera las casas, es que falsificó facturas para cobrar la devolución del IVA pero la Agencia Tributaria se dio cuenta, lo que añade la tentativa delito fiscal. El fiscal pide para él casi nueve años de cárcel: seis años por estafa, 22 meses por falsificación en documento mercantil y 11 meses por delito contra la Hacienda pública en grado de tentativa. A final de octubre pasado el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno dictó auto de apertura de juicio oral y aunque estaba previsto para octubre la vista se realizará en la primavera de 2017. No es su único problema, ya que tras dejar Lagoa de Coelho y liquidar su grupo fue detenido en una trama de compraventa de oro.
"En el terreno se había realizado más que un desbrozamineto de la maleza", según el fiscal
Luis Nicolás Mateos no ha querido contestar a El Confidencial. Su abogado ha culpado de todo a la crisis económica. Es lo que declaró en una entrevista al diario 'La Verdad': "Si no llega a venir la crisis mundial, nada me habría pasado". Ese era el argumento principal de su escrito final de defensa, presentado en febrero pasado: "Luis Nicolás y sus mercantiles siempre han tenido la intención de construir el proyecto inmobiliario, tenían la propiedad de la finca libre de cargas, desarrolló el proyecto inmobiliario y comenzó a ejecutarlo, siendo circunstancias sobrevenidas por la crisis mundial, y en particular en el sector inmobiliario, lo que le impidió ejecutar el proyecto al cerrarse toda financiación por las entidades bancarias".
Dos de sus exempleados coinciden en esa versión. O al menos en que él creía en eso. "Él no es el peor de los que operaron durante la burbuja, pero puede que sí el más iluso. Él creía que iba a hacerlo. Su plan desde el principio no era quedarse con el dinero, pero no tuvo capacidad", opina uno. Otro añade: "Él pensaba que ser promotor era montar fiestas y eventos.Nunca hablaba de construir las casas y entregarlas. Jugaba a ser empresario y se lo creyó, se metió en el papel". Al final, Luis Nicolás Mateos ha resultado ser un personaje y su vida un guión, uno del estilo de 'Huevos de oro'.

4 de enero de 2013

El cinismo de CreditService

Mucho se ha hablado del papel de los bancos en la burbuja inmobiliaria, pero no se ha hablado tanto del papel fundamental que jugaron determinadas empresas inmobiliarias y chiringitos de servicios financieros dedicadas a buscar hipotecas para que los clientes subprime se comprasen el piso, por aquello de que alquilar era tirar el dinero y los pisos siempre subirian de precio. Estas personas sin escrúpulos, que sólo perseguian su comisión, se  dedicaron a engañar a muchas personas de clase humilde, para que se compraran un piso, ofreciendo hipotecas amb tasaciones amañadas, hipotecas a 50 años, con carencia de capital para los primeros años (para que saliera una quota baja), hipotecas en Yenes, falsificando nóminas y ingresos, buscando avales cruzados, pidiendo el aval de los padres y los suegros, todo ello, hay que decirlo, con la complicidad de determinados directores de cajas de ahorros. 

Este coctel mortal propició que a corto plazo todos cumplieran sus objetivos: la inmobiaria vendia el piso, el chiringuito cobraba su comisión, unos 6.000 euros, el director de la caja cumplia sus objetivos y incrementaba su variable, y el (tonto del) cliente tenia su pisitio a pagar en 50 años.

Recuerdo las franquicias de CreditServices, crecieron como setas, inundando todo el territorio, con 400 oficinas en el 2005, que ofrecian hipotecas, ampliación de hipotecas y renegociación de hipotecas.  Yo seguí este tema con atención, porque me parecía inmoral lo que hacian.

Y hoy, al recibir este Spam, me recordado de ellos, y veo que ahora por otra módica comisión de 6.000€, quieren arreglar lo que ellos mismos destrozaron. Realmente, me parece de un cinismo increible. 


5 de octubre de 2011

Manual de oKupación, Spain is diferent

“Busca un piso o casa que no parezca demasiado elegante y averigua en el registro de la propiedad quien es el propietario” es el primer consejo que da uno de los muchos manuales okupas que circulan por Internet. Este tipo de páginas describen con lujo de detalles cómo conseguir adueñarse de una propiedad ajena e informan de los mecanismos legales existentes para hacer la ocupación lo más lícita posible. La presencia en la red de estas guías, aupadas por el problema de trasfondo de la ola de desahucios y el difícil acceso a la vivienda en España, se ha multiplicado considerablemente en estos últimos tiempos.

Los autores de estos manuales – al menos una gran parte de ellos- parecen conocer al dedillo los procedimientos policiales y judiciales en caso de usurpación de un inmueble. No sólo se limitan a ofrecer recomendaciones tales como “cambiar la cerradura y asegurar todas las ventanas” o “mantener buena relación con los vecinos”, sino también asesoramiento jurídico. Una de estas páginas insta a sus lectores a “poner una advertencia legal en la ventana principal o en la puerta para disuadir a la policía o al propietario de entrar” y se puede leer un apartado de posibles modelos de texto que dice: “Que vivimos en esta casa, que es nuestro hogar y que pensamos permanecer aquí”, “que cualquiera que entra en esta casa sin nuestro permiso comete una ofensa criminal” y “que si quiere usted desalojarnos tendrá que traer una orden del juez. Firmado: l@s ocupantes”.

Además de los consejos legales para justificar que la casa se ha convertido en morada habitual del okupa, ya que si no la policía podría desalojarlos en un corto plazo de tiempo, las guías también informan sobre lo que no se debe hacer, como por ejemplo “dañar la puerta principal al cambiar la cerradura”, “quitar objetos rotos” o “llevar herramientas” que pudieran hacer pensar a la policía que el okupa intentaba robar o cometer algún delito.

No obstante, existe disparidad de opiniones sobre si estas páginas deberían o no de ser clausuradas bajo imperativo legal. Fuentes de los Mossos d’Esquadra consideran que “hacer apología de la okupación no es ningún delito”. En este sentido, la policía asegura que sólo podría actuar en el caso de que los autores de las páginas en cuestión “indujeran directamente a que se llevara a cabo una okupación de un inmueble determinado”. En contraposición, el abogado penalista Sergi Atienza mantiene que los creadores de los manuales okupas podrían ser considerados coautores de un delito de usurpación de vivienda. Según Atienza, puede existir “una inducción a la realización de un delito” ya que las webs en cuestión dan consejos para llevarlo a cabo, y en algunos casos los consejos “son premeditadamente falsos, hecho que puede ser el empujón definitivo para que terceras personas que no tienen intención de okupar una vivienda lo acaben haciendo”. En la misma línea se manifiesta la experta en derecho civil Esther Villaescusa, del Colegio de Abogados de Barcelona: “Es ilegal, es como estar induciendo a cometer un delito”.

La dificultad de castigar a los usurpadores de viviendas
¿Cómo proceder en caso de okupación de un bien inmueble? Los Mossos d’Esquadra recomiendan denunciarlo rápidamente a la policía y, si ésta comprueba que la usurpación es “flagrante” – necesita pruebas evidentes, como el testimonio de los vecinos –, procederá al desalojo exprés de la vivienda. No obstante, si el propietario ha estado fuera durante un tiempo prolongado, aunque sólo sean unos días, se necesitará una orden judicial, procedimiento que puede alargarse más de un año, según las fuentes consultadas.

Del 1 de enero al 22 de agosto de este año los Mossos d’Esquadra llevaron a cabo 42 desahucios exprés en la ciudad de Barcelona y 17 desalojos por orden judicial. Esta última cifra comprende también los casos de impago hipotecario. En este mismo período se denunciaron 565 personas por un delito de usurpación de bienes inmuebles, de las cuales 94 fueron detenidas.

Según Villaescusa, “la mayoría de las denuncias que se tramitan por la vía penal acaban archivadas” y sólo tienen oportunidades de prosperar en la vía civil, cuya resolución no comporta ninguna multa, sólo el desahucio. No obstante, en caso de perder el juicio, el acusado tiene que hacer frente al pago de las costas procesales, aunque normalmente nunca se llegan a cobrar porque los usurpadores de viviendas, lamenta Sergi Atienza, “suelen vivir en la indigencia y son materialmente insolventes”.

Por otra parte, para que el juez decida aceptar la causa por la vía penal es indispensable que exista “violencia o intimidación” y que se aporten las pruebas oportunas. “Si no podemos demostrar que la persona que está dentro de casa es quien ha roto la cerradura para entrar, ésta puede salir penalmente indemne”, explica Atienza, por lo que es muy importante que puedan intervenir en el proceso “posibles testimonios que hayan visto como alguien entraba en el inmueble escalando, utilizando herramientas para forzar puertas o ventanas o rompiéndolas directamente”. Pero como la vivienda se encuentre en estado aparente de abandono es “previsible” que el caso acabe archivado, concluye el abogado.

Para evitar convertirse en la víctima de una okupación, los expertos recomiendan controlar y conservar en buenas condiciones la propiedad, pedir a los vecinos que la vigilen si nos ausentamos unos días y mantener siempre el alta de los servicios de la luz y el agua.

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