La Operación Pitiusa, en la que se ha descubierto la mayor red de
tráfico de datos de Europa, sigue deparando sorpresas: uno de los
cerebros de la trama, Juan Antonio Rama, alias ‘Juanito’, había conseguido obtener expedientes confidenciales de Hacienda relacionados con Susana Monje,
actual tesorera del FC Barcelona y presidenta del Grupo Essentium, una
constructora con más de 45 millones de capital social que es la cabeza
de un imperio que factura casi 1.000 millones de euros al año.
A
pesar de su cargo en el club azulgrana, Susana Monje tiene su cuartel
general instalado en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón. En
octubre de 2009, la familia Monje decidió comprar a la familia García Pozuelo la Constructora Hispánica, cuyo negocio comenzaba a resentirse después de haber salido salpicada por el caso Gürtel.
En
septiembre pasado, Essentium Grupo cambió la estructura de la empresa y
Susana Monje pasó a presidir la compañía, al tiempo que asumía las
competencias de consejera delegada. Pero también comenzó a revisar la compra de Constructora Hispánica
(que ahora opera bajo la denominación de Assignia Infraestructuras)
porque no cuadraban los números: sospechaba que, en lugar de 1,8
millones de beneficio en el 2008, había tenido 13 millones de pérdidas. A
finales de 2011, los Monje se querellaron por fin contra los García Pozuelo.
En
ese contexto, algunos intermediarios de la trama de compraventa de
datos confidenciales extrajeron de los archivos de Hacienda
documentación sobre Essentium, concretamente un informe con dos modelos
347, es decir, con las operaciones a terceros que la compañía de los
Monje ha realizado en los últimos años. Estos informes son los más codiciados del fisco y los más difíciles de obtener. En conversaciones intervenidas, ‘Juanito’ habla también con un intermediario de Barcelona, Ángel Benítez, sobre otras consultas de los modelos 390 y 340, es decir, sobre declaración anual del IVA y la declaración de los libros registros.
Los informes de Essentium fueron enviados al cerebro
desde una fotocopistería de Bilbao. ”Uno de los servicios que damos es
la posibilidad de enviar correos electrónicos y faxes, por lo que no
sabemos quién pudo haber enviado esa documentación. Evidentemente, que
el remite del correo puede ser el de nuestra empresa, pero en realidad
lo puede haber enviado cualquiera de nuestros clientes”, señaló a El Confidencial la
propietaria de la copistería. Lo cierto es que la documentación salió
de este local, por lo que no queda prueba sobre quién lo sacó
físicamente de las dependencias de Hacienda y, luego, ‘Juanito’ la hizo
llegar a Barcelona, al otro intermediario.
La historia
adquiere, a ratos, tintes de la más genuina novela negra, porque Benítez
utiliza para sus comunicaciones un teléfono a nombre de Psja Tejer, un extranjero residente en Barcelona, y otro a nombre de una mujer, Águeda B.,
que podría ser su compañera. Durante los primeros días de noviembre,
Juanito y Ángel continúan hablando sobre el tema de Essentium, de
documentos confidenciales, de datos de una tarjeta Visa de la empresa,
asociada al Barclays, e incluso de gestiones en Andorra. Según algunas
fuentes consultadas por este diario, Benítez, el receptor final de la
documentación sobre Essentium, podría ser un exguardia civil que ahora
se dedica a tareas relacionadas con la investigación privada. De lo que
todavía no existe constancia es del destinatario final de los informes
fiscales.
El censo de toda España
El sumario revela que no hay recoveco administrativo que se les resista a los miembros de la trama. Las investigaciones descubren, por ejemplo, que un detective llamado Juan García también forma parte de la trama y “maneja una base de datos del censo de toda España”.
Fuentes del sector señalan a este diario que, periódicamente, aparecen
en el mercado negro actualizaciones del censo que se venden a precios
elevados.
Pero no se queda ahí la cosa. Tomás Ripoll, a
quien también se considera uno de los cerebros de la red junto a
Juanito, llega a decir por teléfono a un cliente, el pasado 8 de
octubre, que ha conseguido el último grito en expedientes confidenciales: “Tengo otra cosa que no te he comentado: es toda la gente que tiene ayuda de dependencia, con nombre y apellidos y DNI.
Yo te digo en qué geriátrico están ingresados”. Una información que,
bien administrada, puede reportar unos cuantiosos beneficios.
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