Según ha informado hoy la Dirección General de la Policía por medio
de un comunicado, la organización contaba con una red de "comerciales"
que ofrecían a camioneros las tarjetas falsificadas en paquetes de
cuatro unidades a cambio de 500 euros.
Un ingeniero barcelonés de 76 años confeccionaba las tarjetas en un
laboratorio instalado en su domicilio, donde elaboraba dos tipos de
medios de pago fraudulentos, unos válidos solo para peajes españoles y
otros para ser utilizados en Francia, Alemania e Italia.
Los encargados de vender las tarjetas se citaban con los camioneros
en zonas comerciales o áreas de descanso de autopistas de Barcelona, o
bien dejaban el material en un "zulo" para que lo recogiera
posteriormente el transportista. Las tarjetas falsas tenían una validez
de un mes y estaban numeradas del uno al cuatro según el orden en el que
debían ser utilizadas.
Según las mismas fuentes, los propios transportistas informaban a sus
compañeros de la existencia de estas tarjetas falsificadas y de cómo
utilizarlas, y algunos de los camioneros compraban más paquetes de los
que podían utilizar para revenderlos.
El encargado de la fabricación de las tarjetas conseguía la
numeración de las mismas con justificantes de pago generados por el uso
de tarjetas de pago en gasolineras, que recogían adelantándose a la
recogida de las bolsas de basura.
Además del domicilio del falsificador, se han realizado otros tres
registros, en los que se han intervenido más de 2.500 tarjetas falsas y
cerca de 30.000 euros, así como material técnico para fabricar las
tarjetas falsas.
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