Los agentes de la unidad de delitos económicos del Cuerpo Nacional de
Policía que desde el martes 18 de diciembre investigan al quiosquero de
Portuarios que vendió participaciones de lotería, que resultaron
premiadas, pero que que no estaban respaldadas por décimos, detuvieron
al presunto autor del engaño el pasado jueves. Los funcionarios
encargados de la investigación del caso le imputan un delito de
falsificación y una falta de estafa al entender -tras consultar a varias
fuentes judiciales-, que el acusado sólo «estafó» 3,5 euros a cada
vecino (lo que costaban las participaciones), y no los 30.000 euros con
los que posteriormente resultaría premiada cada una de estas papeletas
distribuidas por Portuarios.
El acusado, Borja Riesgo, volvió a repetir ante los agentes la versión de los hechos que ya había explicado a través de las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, atribuyendo lo sucedido a un «error». «Vendí los décimos íntegros sin saber que mi novia había hecho participaciones», explicaba en su día el acusado. Un total de siete vecinos denunciaron la presunta estafa en las dependencias de la Comisaría de El Natahoyo, iniciando una investigación policial que ahora da sus frutos.
El reo quedó en libertad con cargos tras declarar ante los funcionarios policiales. El juez de instrucción que se encontraba de guardia en el momento de los hechos ya ha recibido el expediente en el que se recogen los informes policiales del caso. Fuentes jurídicas cercanas a la investigación aseguraron ayer a este periódico que el delito de falsificación por el que se puede procesar al reo está castigado en el Código Penal actualmente vigente en España con penas de un máximo de seis años de cárcel.
El número que desató la polémica y que ha quitado el sueño a los vecinos de Portuarios fue el 69.345, distribuido por la administración de loterías situada en el número 36 de la avenida de la Argentina. El responsable de este establecimiento se hizo con dos series de este número. Diecisiete décimos fueron vendidos en su establecimiento entre clientes habituales. Los otros tres se los llevó Borja Riesgo.
El enfado va creciendo entre los vecinos de Portuarios afectados por
una supuesta estafa con la venta de lotería nacional. Y más tras leer
como Borja Riesgo, el quiosquero al que siete vecinos han denunciado por
vender participaciones de lotería premiadas con 30.000 euros cada una
sin tener ningún décimo real que lo respalde, atribuye lo sucedido un
«error de coordinación» con su novia. Riesgo, que ayer pidió disculpas a
través de LA NUEVA ESPAÑA por lo sucedido, sostiene que no hubo mala fe
y que no supo que se habían hecho participaciones de unos décimos que
ya no tenía, porque los había vendido íntegros, hasta que los vecinos
empezaron a festejar la buena suerte el pasado sábado.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Portuarios, Luis Ángel Fernández, -también afectado por la venta fallida-, pide al quiosquero «que se deje de contar películas de chinos» o atribuir «culpas a su novia» y «asuma su responsabilidad», lo que incluiría la compensación a los vecinos por lo sucedido. Los afectados critican, por boca de Fernández, que el joven «se haga la víctima cuando los únicos perjudicados en todo este lío que montó son los defraudados, y no él».
Ante las explicaciones del quiosquero gijonés los denunciantes aseguran que si lo sucedido se originó con motivo de una descoordinación entre su novia y él, ya que ella habría hecho las participaciones sin saberlo Riesgo, «eso ya se verá». «Hasta eso hace ver tu estilo de engañar al personal», indica Luis Ángel Fernández.
Como el propio
implicado reconocía el miércoles, la situación en el barrio es incómoda y
está pensando en dejar Portuarios una temporada, hasta que se calmen
los ánimos, dejando incluso su trabajo en el quiosco. La misma
incomodidad reconocen los vecinos, al tratarse de un barrio de pocos
residentes y con familias muy relacionadas desde siempre.
En este sentido Luis Ángel Fernández pide al quiosquero «que asuma la responsabilidad que en su momento no ha tenido, y no sólo por sus afectados, más bien por tu propia familia, a la que bien sabe apreciamos un montón». Varios de los más cercanos a Riesgo participan, de hecho, diariamente en los trabajos de la asociación vecinal. Para Luis Ángel Fernández, las explicaciones aportadas hasta ahora por el implicado son «chorradas para enredar más el asunto», y le reclaman que «si de verdad está tan afectado, por lo menos asuma la culpa; tus vecinos afectados a buen seguro te lo agradecerán», afirma Fernández deseando que el joven «recapacite para no hacer más daño». El número premiado que desató la polémica en la zona de Portuarios fue el 69.345, distribuido por la administración de loterías situada en el número 36 de la avenida de la Argentina, en La Calzada. Siete vecinos denunciaron el pasado miércoles la estafa; del grupo de afectados por las participaciones fallidas sólo se descolgó una persona de la denuncia, por motivos de relación familiar con el implicado.
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