Un gran asalto a decenas de cajeros en pleno corazón de Manhattan,
con tarjetas del tipo Mastercard como arma. En la operación
participaron, que se sepa en este momento, ocho individuos. Son solo los
integrantes de una célula en EE UU. Siete de ellos están bajo arresto.
Pero los investigadores advierten de que se trata de un crimen
financiero mucho más complejo y de dimensión global. El motín se valora
en un total de 45 millones de dólares.
La fiscalía comparó lo sucedido como algo similar a un flashmob
planetario, por la manera masiva en la que se ejecutó la operación. El
mapa de Nueva York que mostraron las autoridades estaba lleno de puntos,
que indicaban donde los individuos fueron ejecutando uno a uno el
asalto. Por hacerlo sencillo, los responsables de la trama criminal
accedieron a los sistemas de entidades en Oriente Medio para hacerse con
datos de las tarjetas de débito. Se cree que el centro operativo está
fuera de EE UU.
Imágenes del móvil de uno de los sospechosos presentadas este jueves en una rueda de prensa en Nueva York |
Esa información se pasaba después a los individuos que ejecutaban el
asalto al pie de cajero, con tarjetas emitidas por el National Bank of
Ras Al-Khaimah de Emiratos Árabes y del Bank of Muscat en Oman. En total
se hicieron 40.500 operaciones de retirada de dinero en 27 países. Es
el mayor robo en cajero que se ha visto, dicen las autoridades en EE UU.
“En lugar de pistolas y máscaras, esta organización utilizó ordenadores
y programas maliciosos”, informó la fiscal neoyorquina Loretta Lynch.
El objetivo del ataque fueron tarjetas de débito prepagadas. Los
autores del asalto lograron manipular el límite con el que se podía
sacar dinero del cajero, por lo que se teme tuvieron un acceso
importante a los sistemas de los bancos. Así los equipos que tenían en
la calle podían sacar la mayor cantidad de dinero posible antes de que
el sistema se bloqueara. Mastercard asegura que su red nunca estuvo en
compromiso, aunque esta trabajando con la investigación para ayudarle a
desmantelar la trama.
El primer asalto se ejecutó a finales de diciembre del año pasado, en
el que se robaron cerca de cinco millones de dólares. Y actuaron de
nuevo en febrero, donde las pérdidas se estiman en 40 millones. En total
se calcula actuaron en 36.000 cajeros automáticos. En Nueva York en
concreto se retiraron casi tres millones dólares en sendos golpes, lo
que según Lynch lo convierte en el segundo mayor robo bancario en la
historia de la ciudad.
Como señalan los expertos en crímenes financieros de este tipo, los
hackers solo necesitan encontrar una vulnerabilidad en el sistema para
causar daños de millones de dólares en tan solo un par de días. “Las
nuevas tecnologías y el rápido crecimiento de Internet eliminó las
fronteras tradicionales del crimen financiero”, señaló por su parte
Steven Hughes, uno de los agentes que participaron en la operación de
derribo de la trama.
La investigación sigue abierta porque no está aún claro si hay más
células operativas en otras ciudades en EE UU. De los ocho acusados en
EE UU, uno fue asesinado el 27 de abril en la República Dominicana. No
se sabe si la muerte está relacionada con este crimen financiero, indicó
Lynch. La investigación del ciberataque financiero está teniendo lugar
en una quincena de países, entre ellos España, Canadá y Japón.
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