Caterpillar una de las 30 empresas del índice Dow Jones,
el índice mas selecto de las bolsas mundiales, con un valor en bolsa de
63.000 millones de dólares, comunicó por sorpresa el pasado día 19 de
enero que realizaba una dotación por pérdidas de 580 millones de dólares
por una adquisición de una empresa china.
Lo más sorprendente es que la compra de ERA Mining Machinery Ltd y su filial Siwei,
empresa especializada en maquinaria para compañías mineras y cotizada
en la bolsa de Hong Kong, se realizó en verano de 2002, y Caterpillar
pagó 653,4 millones. Por tanto, la compañía norteamericana reconoce que
su adquisición apenas vale un 10% de lo pagado 6 meses atrás.
Esta empresa china de Zhengzhou contaba con 4.000 empleados y antes de
su venta a Caterpillar, a principios de 2012, el ex-embajador
norteamericano en China, Jon Hutsman, entro en el consejo de
administración.
El comunicado oficial de Caterpillar no tiene desperdicio:
“Caterpillar Inc ha descubierto una mala conducta deliberada
y coordinada de varios años en la contabilidad". Según la compañía,
“varios directivos de alto nivel de la empresa china están implicados,
desde varios años antes de la compra por parte de Caterpillar”
Caterpillar
encontró discrepancias en noviembre entre el inventario en libros y de
su inventario físico real. La compañía también dijo que había
reemplazado a varios gerentes de alto nivel chinos, y agregó que su
conducta era "ofensiva y completamente inaceptable”.
Citigroup y la firma de abogados Freshfields Bruckhaus Deringer LLP fueron los asesores financieros y legales de Caterpillar en la operación. Blackstone y DLA Piper actuaron como asesores financieros y legales de la compañía china ERA.
Si
en una operación con estas características realizada por una gran
multinacional como Caterpillar, han sido completamente engañados,
podemos imaginarnos el grado de complejidad para detectar fraudes en compañías o inversores mas pequeños.
Paul Gillis,
un profesor de la Peking University's Guanghua School of Management, y
con experiencia internacional en la auditoria Price Waterhouse (PwC), en
una reciente entrevista muy interesante, detalla algunos de los tipos de fraudes y engaños más comunes que realizan las empresa chinas.
Paul
Gillis declara que en el caso de Caterpillar, la empresa china, además
de no coincidir el inventario en maquinaria con la contabilidad, asignó
los costos de forma incorrecta, incrementando los beneficios contables
exageradamente
Según Paul Gillis, lo mas grave en este caso es la contabilización de ventas anticipadas que en realidad luego acaban no produciéndose,
lo que según Gillis es un fraude muy corriente en empresas chinas. En
las normas contables occidentales, para contabilizar una venta
anticipada debe existir un documento firmado, que el cliente no tenga el
derecho de cancelarlo, pero en China los negocios se realizan por
relaciones mas personales, los contratos son menos importantes que un
apretón de manos.
Ante la pregunta de si Caterpillar no comprobó los inventarios de la empresa china, Gillis responde que la compañía USA contrató a dos de las mayores auditoras del mundo,
Ernst & Young y Deloitte Touche Tohmatsu, lo que no suele ser
habitual, pero cada due diligence es a medida con lo que no sabemos si
fue error de las dos auditoras o bien fue la compañía que no les exigió
un análisis profundo
Otro aviso era que la compañía china provenía de una fusión inversa,
que es donde se han producido los grandes fraudes en empresas chinas en
la bolsa USA, pero esta vez es el primero en la bolsa de Hong Kong. En
estados Unidos ya se han prohibido, pero no en Asia, con lo que una
empresa opaba a una cotizada sin apenas volumen ni capitalización, y
fusionaba con su empresa que automáticamente ya cotizaba en la bolsa USA
con muchos menos controles que en la realización de una salida a bolsa
clásica (OPV o IPO en inglés).
Ante la pregunta de si habrá
cargos criminales contra alguien de la compañía china, Gillis responde
que no ha visto en China ninguna acusación penal contra un fraude
contable. El gobierno chino no parece tener en cuenta los fraudes
contables como delitos en China.
Ante la pregunta de los fraudes mas repetidos, Gillis responde que son el reconocimiento de ingresos o ventas
que en realidad nunca se acaban produciendo. Es el caso más habitual y
también ha ocurrido en el caso Caterpillar-ERA. Esta es la trama seguida
para que nadie lo detecto:
Cuando se registra una venta,
debes contabilizarlo también en alguna parte del activo. Si lo
contabilizases en cuentas pendientes de cobro, el auditor puede hacer
preguntas incomodas, por lo que se contabiliza como caja, es decir como
cash en el banco y consiguen que el banco mienta a los auditores. Por
ejemplo, una empresa china el año pasado se inventó-creó una pagina Web para simular sus cuentas bancarias pero descubrieron al hacer clic en botones de la Web, que no respondía.
Otro
ejemplo son los depósitos con fabricantes. Cuando das una orden de
fabricación a un proveedor, este te pide un deposito por adelantado para
garantizar el pedido. Este practica en China es un coladero
incontrolable. Según Gillis, en 2012, algunos auditores han dimitido al
serles imposible verificar estos importes.
Un tercer caso
habitual es el uso de estructuras con Entidades conocidas como de
Interés Variable (VIE), que han sido muy propensas al fraude contable
(de una manera similar como las fusiones inversas).
Paul Gillis relata como en algunos de los fraudes, la compañía china crea sociedades externas
a quien suministra cash, que luego firman contratos o pedidos que
suponen ventas artificiales alta para la primera, quitando del perímetro
de análisis la parte clave del fraude.
En otro interesante artículo, Paul Gillis nos describe las tres motivaciones o causas que llevan a cometer fraude en China, llamado el triangulo del fraude: presión, oportunidad y racionalización.
Recientemente
la empresa tecnológica China Public Procurement anunció un megacontrato
de 48.000 millones de dólares con una filial de la empresa publica
China Railwail Construction Materials Group. La enorme envergadura del
contrato y las dudas generadas en un periodico chino obligaron a la
bolsa de Hong Kong a solicitar información sobre la operación al consejo
de administración de la compañía china, que encomendó el trabajo a PwC y
resultó que dicha filial no existia como empresa.
Caballeros, bienvenidos al maravilloso mundo de las inversiones en China.
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