Las mejores aventuras son las que se desarrollan sin contratiempos. O como le diría Batman a Robin en la popular serie de televisión de la década de los 60: “No permitas que los pillos arruinen tus vacaciones”.
1.-El timo de la salchicha traicionera
Se suele dar cerca de los puestos de hot-dogs en los aeropuertos: alguien simula echar mostaza en el perrito y como sin querer te salpica. Tras deshacerse en excusas, se ofrece a limpiarte la mancha con un pañuelo, momento que aprovechan él o su cómplice para aligerarte de equipaje o limpiarte la cartera.
Se suele dar cerca de los puestos de hot-dogs en los aeropuertos: alguien simula echar mostaza en el perrito y como sin querer te salpica. Tras deshacerse en excusas, se ofrece a limpiarte la mancha con un pañuelo, momento que aprovechan él o su cómplice para aligerarte de equipaje o limpiarte la cartera.
En Buenos Aires también existe la versión “caca de paloma”. Cómo evitarlo: no dejes que nadie te toque con la excusa de limpiarte. Aunque te defeque encima un cóndor de los Andes.
2.-Las amistades peligrosas
No todo el mundo es bueno. Si no estás seguro de las intenciones de algunas personas –en especial aquellas que se muestran excesivamente solícitas o zalameras al poco de haberlas conocido-, miente como un bellaco (o como una bellaca, si eres chica). Cuando te pregunten cuándo vas a partir del lugar donde te encuentras, di siempre 2 ó 3 días después de la fecha en la que realmente piensas hacerlo. No te harán o quitarán nada hasta el día que tú les has dicho que te vas, y para entonces ya no estarás allí. Mientras llega el día previo al de tu supuesta partida tratarán de seducirte. (Del comentario de un lector del blog en el post Los 10 mandamientos del mochilero prudente.
No todo el mundo es bueno. Si no estás seguro de las intenciones de algunas personas –en especial aquellas que se muestran excesivamente solícitas o zalameras al poco de haberlas conocido-, miente como un bellaco (o como una bellaca, si eres chica). Cuando te pregunten cuándo vas a partir del lugar donde te encuentras, di siempre 2 ó 3 días después de la fecha en la que realmente piensas hacerlo. No te harán o quitarán nada hasta el día que tú les has dicho que te vas, y para entonces ya no estarás allí. Mientras llega el día previo al de tu supuesta partida tratarán de seducirte. (Del comentario de un lector del blog en el post Los 10 mandamientos del mochilero prudente.
3.-El falso turista
Muchos cacos se camuflan de turistas, y con un plano en la mano y una chaqueta doblada en el antebrazo hacen verdaderos estragos entre los de verdad, sobre todo en las aglomeraciones.
Cómo evitarlo: lleva encima solo el dinero que tengas previsto gastar; aparte, ocultas, las tarjetas de crédito y el pasaporte (o lleva contigo una copia del pasaporte y deja el original en la caja fuerte del hotel).
4.-El pillo correcaminos
Su territorio, las terrazas. Su objetivo, tú. Algunos ladrones pasan a la carrera al lado de una mesa, cogen el bolso, el móvil o la cámara de fotos al descuido y salen pitando, sin darte tiempo para reaccionar ¡Beep, beep! Cómo evitarlo: no dejes nada de valor sobre la mesa o colgando de la silla.
5.-Nada por aquí, nada por allá
En la estación Termini de Roma las cosas a veces desaparecen como por arte de magia. ¿El truco? Alguien pasa a tu lado con una maleta sin fondo, la coloca disimuladamente sobre el objeto a sustraer y sujetándolo mediante un mecanismo oculto de pinzas se lo lleva delante de tus narices. Ni el gran Houdini lo haría mejor.
También son frecuentes los escamoteos en estaciones de trenes y aeropuertos. Cómo evitarlo: sigue el consejo de la megafonía de los aeropuertos: no pierdas de vista tus pertenencias en ningún momento.
6.- Pesos pesados
Un timo muy frecuente en Cuba: hacer pasar por pesos convertibles (CUC, con un cambio a la par con el dólar; 1 euro=1,2 CUC), pesos cubanos (1 euro= 33 CUP). Ambas son monedas oficiales, pero con el peso cubano solo se pueden comprar productos de primera necesidad y los de la cartilla de racionamiento. Cómo evitarlo: fíjate bien en los billetes. Debajo se pueden ver dos billetes, de tres pesos convertibles, y de tres pesos cubanos, respectivamente. Y no te dejes engatusar por amigos recién hechos en la calle.
Muchos cacos se camuflan de turistas, y con un plano en la mano y una chaqueta doblada en el antebrazo hacen verdaderos estragos entre los de verdad, sobre todo en las aglomeraciones.
Cómo evitarlo: lleva encima solo el dinero que tengas previsto gastar; aparte, ocultas, las tarjetas de crédito y el pasaporte (o lleva contigo una copia del pasaporte y deja el original en la caja fuerte del hotel).
4.-El pillo correcaminos
Su territorio, las terrazas. Su objetivo, tú. Algunos ladrones pasan a la carrera al lado de una mesa, cogen el bolso, el móvil o la cámara de fotos al descuido y salen pitando, sin darte tiempo para reaccionar ¡Beep, beep! Cómo evitarlo: no dejes nada de valor sobre la mesa o colgando de la silla.
5.-Nada por aquí, nada por allá
En la estación Termini de Roma las cosas a veces desaparecen como por arte de magia. ¿El truco? Alguien pasa a tu lado con una maleta sin fondo, la coloca disimuladamente sobre el objeto a sustraer y sujetándolo mediante un mecanismo oculto de pinzas se lo lleva delante de tus narices. Ni el gran Houdini lo haría mejor.
También son frecuentes los escamoteos en estaciones de trenes y aeropuertos. Cómo evitarlo: sigue el consejo de la megafonía de los aeropuertos: no pierdas de vista tus pertenencias en ningún momento.
6.- Pesos pesados
Un timo muy frecuente en Cuba: hacer pasar por pesos convertibles (CUC, con un cambio a la par con el dólar; 1 euro=1,2 CUC), pesos cubanos (1 euro= 33 CUP). Ambas son monedas oficiales, pero con el peso cubano solo se pueden comprar productos de primera necesidad y los de la cartilla de racionamiento. Cómo evitarlo: fíjate bien en los billetes. Debajo se pueden ver dos billetes, de tres pesos convertibles, y de tres pesos cubanos, respectivamente. Y no te dejes engatusar por amigos recién hechos en la calle.
7.- La mordida, ese arte
Un ritual encaminado a la anulación de la multa previo pago al policía de una suma de dinero cuya cuantía depende de la habilidad negociadora de la víctima. Todo un arte en México, como se puede ver en este vídeo.
Este otro pertenece a una campaña contra la mordida.
Cómo evitarlo: no exponiéndose a situaciones que puedan proporcionar una excusa a los policías corruptos, como beber en la calle.
8.- Taxis para salir corriendo
Taxímetros trucados, taxis piratas, conductores que te llevan por la scenic route (el camino más largo), robo de maletas...-, Cómo evitarlo: no subas al taxi si el conductor se niega a poner el taxímetro en marcha o si no hay un acuerdo previo sobre el precio. Evita a quienes te abordan en las salidas de los aeropuertos y usa solo taxis con licencia, sobre todo en ciudades con reputación de inseguras como México o Caracas.
9.- El artista de pega
A la sombra del floreciente mercado de arte contemporáneo en China y de ferias como Art Shanghái crece también la picaresca. En Pekín y Shanghái, falsos estudiantes de arte abordan a los turistas para invitarlos a visitar su “galería” y ver y comprar “su obra”, de estilo “todo a cien” pero a precios de Sotheby’s. Algunos pican. Cómo evitarlo: cultiva tus gustos artísticos.
A la sombra del floreciente mercado de arte contemporáneo en China y de ferias como Art Shanghái crece también la picaresca. En Pekín y Shanghái, falsos estudiantes de arte abordan a los turistas para invitarlos a visitar su “galería” y ver y comprar “su obra”, de estilo “todo a cien” pero a precios de Sotheby’s. Algunos pican. Cómo evitarlo: cultiva tus gustos artísticos.
10.- El mono carterista
En algunos templos de Asia, en especial en el de Uluwatu, en la isla de Bali (Indonesia), los macacos son expertos en arrebatar las pertenencias a los visitantes y salir pitando para la jungla. Al rato aparece un “guardián del templo” que reclama algo de "banana money", dinero para plátanos, a cambio de su devolución. Cómo evitarlo: no pierdas de vista a los monos.
11.- El 'Lazo libanés'
Consiste en poner una falsa ranura en los cajeros, con una lengüeta hecha de plástico de radiografía o con un trozo de cinta de vídeo. Cuando el cliente introduce su tarjeta, en lugar de entrar en el sistema, queda atrapada por ese lazo que forma la cinta.
Consiste en poner una falsa ranura en los cajeros, con una lengüeta hecha de plástico de radiografía o con un trozo de cinta de vídeo. Cuando el cliente introduce su tarjeta, en lugar de entrar en el sistema, queda atrapada por ese lazo que forma la cinta.
Debajo se puede ver un vídeo que lo explica con detalle, al igual que cómo evitarlo.
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