24 de enero de 2014

Ya tapas la webcam con esparadrapo?

Nunca olvidará ese día. Cassidy volvió a su apartamento al terminar la jornada como hacía habitualmente. Sin embargo, encender el ordenador fue el preámbulo de una de las experiencias más traumáticas de su vida: el programa de correo iba descargando mails de forma secuencial y ahí estaba. Uno de los correos llevaba un par de adjuntos y aquello no parecía spam. Al abrirlos descubrió algo que tardó unos segundos en asumir: eran fotos de ella misma, en el mismo apartamento que ahora ocupaba, pero totalmente desnuda.


El correo no dejaba lugar a dudas: el remitente era anónimo pero esas fotos eran sólo una muestra de lo que parecía un arsenal de fotografías y vídeos grabados sin su conocimiento durante semanas. De repente lo vio claro: el MacBook que tenía sobre la mesa estaba prácticamente siempre abierto y sin saberlo, alguien había estado activando la webcam de forma remota y grabándole sin su conocimiento.

El MacBook que tenía sobre la mesa estaba prácticamente siempre abierto y sin saberlo, alguien había estado activando la 'webcam' de forma remota y grabándole sin su conocimientoUn escalofrío le devolvió de nuevo a esa demoledora realidad. La pesadilla no había hecho sino empezar. La misiva no se contentaba con regodearse con el contenido, sino que quería más. “O haces lo que te digo o estas fotos acaban en internet y la mando a todos tus amigos”. No había escapatoria. Así pasaron varios angustiosos días en los que abrir el portátil, ese mismo que ahora miraba con pánico, era un auténtico trago. Los correos de este ciberacosador anónimo se sucedieron: más fotos y vídeo y de nuevo la coacción.

El hacker deseaba que la joven de 19 años posara desnuda ante la webcam o bien grabara para él vídeos de contenido erótico bajo la amenaza de saber que sus desnudos robados estarían en cuestión de minutos accesibles para los ordenadores de medio mundo. La joven decidió hacer lo más sensato en estos casos y denunció el incidente a la policía que pronto derivó el asunto al FBI. 

Cámaras fácilmente 'hackeables'

Tras varios días de investigación la agencia centró su atención en el joven Jared James Abrahams, compañero del instituto de la víctima y tras un minucioso seguimiento, irrumpieron en su domicilio encontrando varios ordenadores con aplicaciones para hackear de forma remota así como múltiples fotografías de la joven. 

El asunto hubiera pasado tristemente como uno más de tantos de la conocida como sextorsión, un fenómeno cada vez más extendido mediante el cual las víctimas son coaccionadas con difundir material potencialmente sexual obtenido sin su permiso (y en la mayoría de los casos, sin su conocimiento), pero el incidente ha destapado una vulnerabilidad que afecta a una parte de los portátiles de Apple.

Según parece, una aplicación habría logrado superar las medidas de seguridad de los equipos de los californianos de forma que se anula la luz que indica que se está produciendo una grabación y así proceder a hacerla sin que el propietario sea consciente de ello.  

Los Mac han sido los protagonistas en este caso puntual, pero esta posibilidad afecta al grueso de los ordenadores que cuentan con una cámara para efectuar videollamadasPero parece que el acceso remoto a las webcams es algo mucho más frecuente de lo que pensamos y por descontado, sabemos. Los Mac han sido los protagonistas en este caso puntual, pero esta posibilidad afecta al grueso de los ordenadores que cuentan con una cámara para efectuar videollamadas. De hecho, es tan frecuente que las autoridades hasta podrían efectuarlo de forma habitual en sus labores de investigación.

Práctica habitual del FBI

O esto es al menos lo que deducimos de las declaraciones de Marcus Thomas, un exempleado precisamente del FBI que ha anunciado a bombo y platillo que la conocida agencia accede habitualmente a las webcams de los investigados. Lo peor del asunto es que estas grabaciones pueden sucederse durante semanas sin que el vigilado sea consciente de ello, y posiblemente nunca lo sepa: sólo se le informaría en caso de efectuar cargos contra él y contar con esa grabación como prueba.

El asunto, como podemos ver, es tan preocupante como escabroso y así las cosas, lo más importante llegados a este punto es sabemos cómo podemos protegernos de la posibilidad de ser vigilados de forma remota.

Son muchas las cosas que uno puede llevar a cabo para poner las cosas difíciles a los hackers, pero por increíble que parezca, lo más efectivo es algo muy rústico: los expertos recomiendan tapar físicamente la cámara mientras no se esté utilizando. Sí, un esparadrapo de toda la vida para rescatarnos de los riesgos del mundo 2.0 que nos rodea. Como apunta Andy O’Donnell de About.com, “no hay hacker que pueda con el esparadrapo”.  

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