El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha llamado a declarar otra
vez al extesorero del PP Luis Bárcenas y a su mujer, Rosalía Iglesias,
al imputarles tres nuevos delitos por el 'caso Gürtel': falsedad documental, estafa procesal en grado de tentativa y blanqueo de capitales.
Ruz los ha citado para el próximo 27 de junio, basando su decisión en un informe de la agencia tributaria y en la declaración de la pintora argentina Isabel Mackinlay,
que admitió haber accedido a firmar unos contratos en los que aparecía
como intermediaria de una venta ficticia de cuadros de la mujer de
Bárcenas.
El juez considera que el extesorero y su esposa intentaron "inducir a
error" al juzgado aportando contratos de compraventa de cuadros que no
reflejarían operaciones reales, ya que las fechas aparecen alteradas y
figura una firma de Mackinlay
que ésta no reconoció en su declaración como testigo ante Ruz la pasada
semana, de ahí que les impute el delito de estafa procesal.
LAS OPERACIONES EN EL MUNDO DEL ARTE
El informe de Hacienda cifra en 222.112,58 euros la cantidad
defraudada por el matrimonio en el ejercicio de 2006 y que derivaría de
"una ganancia de patrimonio no justificada" de 500.000 euros, que fue
ingresada en la cuenta de Iglesias en Caja Madrid y que aparecía en su
declaración de la renta "como transmisión de elemento patrimonial no
sujeto a tributación a la antigüedad del bien".
El matrimonio justificó ese ingreso en la venta de unos cuadros
propiedad de Iglesias, pero Mackinley manifestó que, a cambio de 1.500
dólares, se prestó a figurar como intermediaria en la compraventa
ficticia de unos cuadros.
En 2004, en su declaración conjunta de IRPF, el matrimonio consignó
una operación similar, en la que atribuía una ganancia patrimonial de
270.000 euros a la venta de un cuadro propiedad de Iglesias.
Según el juez, los contratos aportados por el matrimonio, uno de
ellos referido a un supuesto contrato de mediación suscrito en Madrid el
15 de noviembre de 2004 entre Iglesias y Mackinley y otro de
compraventa, firmado el 19 de enero de 2006 entre las mismas partes, 2no
reflejarían operaciones reales".
Por ello cree que esos contratos se introdujeron en el procedimiento
"con el fin de inducir a error a los órganos jurisdiccionales y obtener
el archivo de la causa respecto del delito fiscal investigado", por el
que ambos estaban imputados.
A Bárcenas, el juez ya le había imputado el delito de blanqueo y
ahora "los importantes ingresos en efectivo efectuados tanto en cuentas
españolas como suizas confirmarían nuevamente la posible comisión de un
delito de blanqueo".
EL PAPEL DE LA ESPOSA DE BÁRCENAS
Esta posibilidad se extiende también "respecto de su esposa",
dado que en su cuenta en Cajamadrid "se efectúan importantes ingresos
en efectivo que se pretenden justificar como plusvalías generadas en
transmisiones de obras de arte", cuya realidad se cuestiona.
A ello se une "el conocimiento que tendría la imputada de los fondos
depositados en Suiza a nombre de su marido", según se desprende de la
documentación remitida por las autoridades helvéticas.
LAS CUENTAS EN SUIZA
Fundamentalmente, los documentos de la apertura de dos cuentas en el
Dresdner Bank, en julio de 1994 y en agosto de 2001, respectivamente, en
los que figuran los pasaportes de Bárcenas y su mujer.
En esa primera cuenta "se recogen múltiples y cuantiosos ingresos en
efectivo entre los años 2000 a 2005 -por un importe total de 4 millones
de euros- de origen desconocido y cuya justificación ante los gestores
suizos era, en numerosas ocasiones, la compraventa de obras de arte".
Estos datos, destaca el auto, "vienen a cuestionar" la versión que
dio Bárcenas a Ruz en su declaración el pasado 25 de febrero, negando
que su mujer tuviera conocimiento de sus cuentas en Suiza.
En esta misma resolución, el juez acuerda pedir un informe a la
Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) sobre los viajes que
hubiera hecho Bárcenas a Argentina desde el 1 de enero de 2006
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