Una estafa a la parrilla

A sus 28 años de edad y después de llevar desde 2010 al frente de la charcutería que lleva su nombre en la calle Ceriñola, en El Natahoyo, Tania Nicolás aún sigue perpleja. Un cliente le encargó 59 kilos de embutidos que nunca le llegó a pagar. El acusado, un vecino de Gijón de 63 años de edad, cargó la mercancía en su coche con la promesa de volver al negocio para pagar. Pero Tania Nicolás nunca llegó a ver los más de 500 euros que ahora se le adeudan. «Le llamé más de cincuenta veces y como vi que no obtenía respuesta alguna me cansé de esperar y le puse una denuncia», relata la joven charcutera.

Esta rocambolesca historia tuvo su inicio en el pasado mes de marzo. El ahora detenido encargó entonces en la charcutería de Tania 42 kilos de chorizo, 13 de morcillas y 3,5 de beicon. «Me dijo que eran para una fiesta de una asociación, así que lo preparé y le llamé el día que estaba todo listo», cuenta la denunciante. El día fijado para recoger el pedido el acusado aparcó frente a la charcutería. «Pequé de confiada y me fié cuando dijo que lo iba a meter todo en el coche y que luego volvería a pagar», se lamenta la charcutera. La fuga del estafador fue imposible de evitar a pesar de que «una clienta se tiró encima del coche, pero esto estaba lleno de gente y ya no pudimos hacer nada», asegura Tania Nicolás, una joven a la que ahora sólo le queda «esperar hasta que llegue el juicio y a ver si entonces me da el dinero que me debe». La denunciante llegó a llamar decenas de veces al denunciado para intentar el cobro. «Nunca me rechazaba las llamadas, siempre me cogía para decirme que no había podido celebrar la fiesta y que por eso no tenía el dinero, que había llovido, que se pasaba en unos días; siempre dándome largas», recuerda la joven.

El acusado, que cuenta con antecedentes penales por otras estafas cometidas en Gijón, Mieres y Oviedo, volvió a repetir sus excusas ante la Policía al ser detenido, alegando que el mal tiempo le había impedido celebrar una fiesta para recaudar fondos con los que pagar el embutido. Tania Nicolás se sigue preguntando ahora dónde está la mercancía.