Desenmascarar a sus miembros y poner al
descubierto la red de sociedades que utilizan como tapadera para sus
actividades clandestinas. Ese es el objetivo de un grupo de padres y
profesionales católicos que ha denunciado la existencia de El Yunque, una "secta secreta" infiltrada en la Conferencia Episcopal y en las estructuras del poder político y mediático para forzar la aprobación de leyes acordes con la doctrina de la Iglesia.
El
Yunque, una organización de corte paramilitar vinculada al integrismo
religioso y la ultraderecha política, capta a adolescentes en ambientes
católicos de clase alta y media-alta para nutrir sus filas. "Les someten
a un auténtico lavado de cerebro sobre su tarea mesiánica como elegidos de Cristo y les obligan a guardar un secreto absoluto
acerca de la identidad y las actividades de la organización, incluso a
sus propios padres, lo que ha provocado auténticos dramas familiares en
muchos hogares", asegura a El Confidencial uno de los denunciantes, el abogado Pedro Leblic.
"Actúan
por Dios, pero sin Dios. Manipulan y destruyen la voluntad del
individuo para alcanzar sus objetivos; son el nuevo nazismo", añade
Leblic, que asegura que el presidente de los obispos españoles, Antonio Rouco Varela, conoce
y tolera la actividad encubierta de El Yunque. "Estamos indignados con
la Conferencia Episcopal, porque les permite actuar al margen de la
Iglesia y no ejerce ningún control sobre ellos", insiste. Diversos
documentos y testimonios que obran en poder de la cúpula de los
obispos, a los que ha tenido acceso El Confidencial, prueban sus palabras.
Los miembros de El Yunque, una sociedad secreta nacida en México en 1952 para luchar contra el laicismo del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y exportada a nuestro país tras la muerte de Francisco Franco, consagran sus vidas a "preparar una aristocracia del espíritu que debe gobernar España según los dictados evangélicos". Pero su existencia misma colisiona con la Constitución, que prohíbe en su artículo 22 las asociaciones secretas; su carácter paramilitar y sus técnicas de manipulación de la personalidad vulneran el artículo 515 del Código Penal; y su doctrina ultra -rechazo a los homosexuales, los inmigrantes y los judíos- difícilmente encaja en un Estado democrático.
"Instaurar el reinado de Cristo"
El
Yunque no existe oficialmente en España. No tiene sede, ni estatutos,
ni está registrada en el Ministerio del Interior. Pero sus miembros
utilizan como altavoces sociedades legalmente constituidas para "instaurar el reinado de Cristo en la tierra". Las más conocidas son Hazte Oír, presidida por Ignacio Arsuaga; Profesionales por la Ética, dirigida por Jaime Urcelay; A Contracorriente, que lidera Leonor Tamayo; la Organización del Bien Común, con Liberto Senderos a la cabeza, o el Instituto de Política Familiar de Eduardo Hertfelder.
Todas ellas tuvieron un gran protagonismo en las movilizaciones
ciudadanas contra la ley del aborto y la asignatura de Educación para la
Ciudadanía.
Leblic, en
representación de una docena de padres y profesionales católicos muy
activos en el asociacionismo cristiano, envió el pasado día 24 un
burofax con idéntico contenido a cada uno de esos supuestos miembros de
El Yunque. "Pongo en su conocimiento el inicio de acciones legales
contra la sociedad secreta El Yunque y las empresas y asociaciones que
operan, con velo de legalidad, como tapadera de esta secta", reza el
documento.
El abogado añade en su escrito: "Teniendo confirmación de su pertenencia a la secta El Yunque,
le requiero para que en el improrrogable plazo de 15 días manifieste
públicamente su pertenencia y la vinculación de la asociación que
preside con dicha secta secreta. De lo contrario interpondremos de forma
inmediata acciones legales contra usted y la asociación que representa,
al estar infringiendo el artículo 22.5 de la Constitución Española".
La Policía tiene constancia de las actividades de El Yunque por las denuncias de padres de alumnos de varios colegios privados
y concertados de la Comunidad de Madrid, que aseguran que la secta
integrista ha tratado de captar a sus hijos en los propios centros
escolares. Y fuentes muy cercanas al Centro Nacional de Inteligencia
(CNI) han reconocido a El Confidencial que los servicios
secretos conocen la presencia de El Yunque en España, aunque rehusaron
confirmar si están investigando sus actividades.
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