Dos familias de Tenerife reclaman entre
cuatro y cinco millones a Carenzio, que ejercía de broker ofreciendo
inversiones en bolsa, compra de acciones y otras operaciones que
supuestamente garantizaban elevados rendimientos al capital invertido
por los ahorradores que se embarcaban en sus manejos. "Lo extraño es que
estas cantidades se transferían sin documentación de por medio", indica
el abogado Eligio Hernández, que representa a las dos familias
afectadas de Tenerife.
Hernández ha presentado la denuncia directamente en la Fiscalía Anticorrupción porque, en su opinión, la investigación la debe dirigir la Audiencia Nacional al tratarse de supuestos delitos a caballo entre España, Italia y Suiza. "Se trata de cantidades de dinero transferidas a cuentas corrientes en Suiza por un ciudadano italiano y de afectados españoles, por lo que debe ser la Audiencia Nacional la que debe investigar y las fiscalías ponerse de acuerdo al tratarse de delitos como blanqueo de capitales o fiscales", añade.
Para Hernández hasta ahora sólo se conoce la "punta del iceberg" del caso. El abogado, con despachos en Gran Canaria y Tenerife, se muestra "perplejo" porque Carenzio tuviese alquilado un palacete en Vegueta como despacho profesional, lo que da idea del alto poder adquisitivo del empresario italiano, más parecido a un "gran ´broker" porque "no conozco a ningún millonario que haga este tipo de cosas", añade.
Lo llamativo del caso no sólo es que Giovanni Carenzio actuara al estilo Madoff sin que nadie se percatara de lo que estaba haciendo y sin requerirle papeles, sino que, además, este italiano, casado con Lola Molina de Aguilar, estaba incrustado en la aristocracia isleña desde hacía años, ejercía de mecenas y tenía destacados contactos políticos ya que fue miembro del comité ejecutivo de la Internacional Demócrata de Centro, organización de partidos democratacristianos entre los que se encuentra el Partido Popular.
Uno de los actos sociales más llamativos de Carenzio fue una cena privada que organizó junto a su mujer en 2007 en el Auditorio Alfredo Kraus y cuyo invitado especial fue el exvicepresidente de EEUU, Al Gore. El dirigente norteamericano se encontraba en Canarias en una gira de conferencias sobre los peligros del cambio climático y Carenzio logró que asistiera a la cena organizada por él y su esposa. Al encuentro, que también se celebró en Tenerife, acudió lo más granado de la sociedad.
El primer medio en recoger este caso, el diario digital Canariasahora.com, fue testigo la pasada semana de una protesta de los afectados por los manejos de Carenzio ante su despacho en Vegueta. Muchas de las familias tienen pocas posibilidades de que fructifiquen sus quejas ante la Justicia porque no pueden acreditar la entrega del dinero, pero otras, las dos de Tenerife, sí se han movilizado y están dispuestas a llegar al final para destapar la trama.
Decenas de millones de euros estafados y una denuncia ante la Fiscalía
Anticorrupción son las primeras consecuencias del llamativo caso que
protagoniza Giovanni Carenzio, un empresario e inversor italiano
afincado en Gran Canaria. Con importantes contactos en la élite
empresarial y política del Archipiélago, Carenzio se fue de Gran Canaria
hace más de dos meses y no ha vuelto a aparecer, aunque muchos lo
sitúan en su país natal.
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