12 de diciembre de 2011

Los timadores se reinventan con la crisis

La crisis también afecta a los timadores. Su trabajo, en estos tiempos de prudencia consumista, se complica notablemente. Pero el sector, como el financiero, posee una enorme capacidad de readaptación y una crueldad inigualable que ha encontrado un campo de cultivo excelente en la desesperación de los cinco millones de parados que buscan trabajo en España.

La Unidad de Delitos Telemáticos ha advertido un nuevo estilo de timo, que se podría calificar de minorista. Ya no se trata de sustraer una cantidad significativa a un pardillo, sino de fragmentar el timo en un grupo de individuos al que se le despista una cantidad mínima pero que, multiplicada, puede alcanzar grandes sumas. La operación estrella es la “microestafa del trabajo a domicilio”. El timador pone anuncios en los portales de búsqueda de empleo en los que nos ofrece trabajo a domicilio. Una vez contactamos por teléfono, una secretaria muy educada nos asegura que se trata de una multinacional recién implantada en España (siempre nos da la dirección de una bien diseñada página Web, a veces hasta en inglés y en español); nos ofrece un sueldo no demasiado alto para no despertar desconfianzas y un caramelo de extras de productividad bastante dulce. La única condición para empezar a trabajar es que debemos suscribir un seguro de entre 12 y 15 euros para cubrir posibles desperfectos del material que nos van a reenviar. El material nunca llega.

Un negocio bastante rentable


Delitos Telemáticos estima que cada uno de estos anuncios/estafa puede llegar a captar hasta a 1.000 empleados (entre 12.000 y 15.000 euros de beneficio neto por anuncio). Sin embargo, las denuncias que reciben son mínimas. Se considera demasiada molestia acudir a la Policía por tan exigua cantidad y se siente cierta vergüenza de haber sido víctima de una estafa tan burda. Incluso hay quien considera innecesario molestar a la policía por tan poco dinero. Delitos Telemáticos no está de acuerdo: necesitan a varios denunciantes hasta llegar a 400 euros estafados, que es el límite entre falta y delito, para poder actuar con contundencia sobre el timador.

Hay timos en los que incluso pueden ganar algún dinero los perjudicados. Cuando se convierten en muleros. Una empresa internacional contacta con parados que ofrecen sus servicios laborales en páginas web absolutamente honestas. El cuento es que la empresa que contacta con él va a instalarse en España y necesita una plantilla de agentes comerciales. A los pocos días de aceptar al nuevo empleado, se le pide un número de cuenta bancaria para hacer una transferencia. El trabajador, por si acaso, abre una nueva cuenta de empresa a su nombre y le ingresan la cantidad (que generalmente oscila entre 3.000 y 20.000 euros). Casi inmediatamente, le ordenan desde la central transferir la casi totalidad de ese dinero a través de Western Union, Scraw, MoneyGram…

Lo que ha hecho realmente es blanquear, borrar el rastro de un dinero robado con tarjetas de crédito clonadas. A los pocos días el trabajador recibirá la visita de la Policía en casa. A partir de ese momento, depende de un buen abogado que pueda demostrar ante un juez que no formaba parte de una red de blanqueo, de que actuaba de buena fe. Y, según las fuentes policiales consultadas, esto no suele ser nada fácil.

La necesidad que están teniendo muchas familias de dejar su domicilio por impagos de la hipoteca o el alquiler también está siendo aprovechada por los timadores. En Internet se pueden encontrar ofertas muy baratas de guardamuebles, un servicio muy esencial mientras la familia encuentra un vivienda que sí pueda pagar. Ni siquiera hay que adelantar una señal para el porte. El único problema es que jamás volverán a ver sus muebles.

La mayor parte de esto timos tienen su soporte básico en páginas de internet nada toscamente diseñadas, con una apariencia profesional y de solvencia muy convincente. Sin embargo, la policía recomienda un sencillo mecanismo de detección de páginas sospechosas. Basta con acceder al portal www.mialexa.com y copiar en su medidor de visitas la dirección URL sospechosa. Mialexa comprueba, gratuitamente, el volumen de visitas que esa página ha tenido desde su creación. Si el coeficiente es muy bajo, hay que desconfiar: se trata de una página de muy reciente creación, quizá hace solo unos días para aprovecharla brevemente como gancho de pardillos. Sale casi gratis (dominio más alojamiento: 15 euros) y la policía no la podrá rastrear.

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