El primero de los ejemplos de una estafa típica son los correos electrónicos que llegan al buzón con ofertas inmejorables de productos de lujo a precio de saldo, como relojes o perfumes. Si el usuario pincha al enlace, se le conduce a una tienda online falsa en la que los cibercriminales le robarán los datos bancarios a
la hora de seguir con el proceso de compra. En segundo lugar, la estafa
se produce cuando los cibercriminales interceptan una transferencia
bancaria y envían un mensaje al usuario alertando de que no se ha realizado correctamente.
Cuando el usuario pincha el enlace para volver a repetir la
transferencia los cibercriminales le reconducen a una página maliciosa
en la que se descarga el troyano bancario.
Otra estafa menos conocida pero no por ello poco utilizada es la del envío masivo de correos que proceden supuestamente de servicios de mensajería como UPS,
avisando de que no se ha podido entregar un paquete y pidiendo todo
tipo de confirmaciones. Si el usuario accede al enlace, se instala un
troyano en el equipo capaz de robar datos bancarios. Se trata de un
ataque que intenta aprovecharse de la gran cantidad de pedidos que se
realizan en estas fechas. En cuarto lugar, los cibercriminales envían correos falsos de diferentes servicios de pago con una finalidad similar a las anteriores estafas.
Por último, se encuentra un enemigo habitual de las Navidades, las tarjetas de felicitación adulteradas. Suelen incluir un archivo adjunto con malware o enlaces a páginas maliciosas. Para evitar caer en este tipo de estafas, G Data recomienda eliminar el correo spam
(o correo basura) sin ni siquiera abrirlo, sobre todo si está escrito
en un idioma que no sea el nativo. También se recomienda revisar las condiciones legales de la tienda online y buscarla en las listas negras si existe algún tipo de sospecha. Además, como es lógico resulta vital contar con una solución de seguridad actualizada para evitar este tipo de ataques en caso de no darse cuenta a tiempo.
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