Dos turismos de cinco y ocho años de antigüedad, un
local hipotecado en Llanes y varias cuentas corrientes con hasta 100.000
euros en números rojos. Éstas son las únicas propiedades que constan a
nombre de Jesús L.G., ex agente de Bankinter de Cangas de Onís que, en la noche del jueves, ingresaba en el centro penitenciario de Villabona acusado de un delito continuado de apropiación indebida, estafa, falsedad documental y usurpación de la identidad.
En su declaración reconoce haber jugado con el dinero de hasta 52 clientes de la entidad y
calcula que ha podido defraudar 1,4 millones de euros, cifra que se
aproxima a la que se baraja desde la investigación paralela que está
llevando a cabo la propia entidad bancaria. Sin embargo, J. L.G. asegura
que no tuvo beneficio económico alguno y que se encuentra en la
actualidad «totalmente arruinado». Fuentes cercanas a la investigación
creen que sus palabras se corresponden a la verdad y dudan de que pueda
tener dinero escondido ya que, aunque en un momento pudo haberse lucrado
de aquellas operaciones fraudulentas, es probable que las inversiones
en Bolsa le hubieran ocasionado importantes pérdidas que derivaron a su
situación actual.
No consta por el momento que tenga importantes
propiedades sino todo lo contrario. De hecho, J.L.G., de 52 años, habría
vendido algunos de los inmuebles que tuvo en su momento en propiedad,
actualmente vive en un piso alquilado en Cangas de Onís y pesan sobre él
importantes deudas. Sin ir más lejos, su cuenta personal de Bankinter
tiene unos 100.000 euros en negativo.
Trece afectados por la presunta estafa que salpicó a Bankinter en Cangas de Onís han denunciado a la entidad bancaria, al considerar que el agente financiero detenido, Jesús Lobato, «movió» millones de euros ajenos con el «beneplácito del banco» y sin que este realizara «controles operativos». El abogado de la mayoría de los cuarenta perjudicados, Marcelino Tamargo, cuestionó la actuación de Bankinter y el nulo control que realizó sobre un agente financiero que ni siquiera formaba parte de su plantilla: «es inconcebible que un banco preste 500.000 euros y no pregunte a quién», resaltó Tamargo. En la mañana de ayer, dos afectados presentaban sendas denuncias en el Juzgado de Cangas de Onís, contra el agente financiero y contra Bankinter. De esta forma son ya siete las denuncias presentadas esta semana, a las que hay que sumar las seis de la semana anterior. Y a partir del lunes se interpondrán otras seis más.
Bankinter, mientras tanto, ha regularizado ya la situación de una decenas de afectados, a los que ha exigido la firma de un documento por el que se comprometen a no iniciar acciones legales en el futuro ni contra el banco, ni contra ninguno de sus empleados. Tamargo cree que a la entidad «se le fue la mano» al presentar ese documento a sus clientes. El letrado se opuso rotundamente a que los afectados lo firmaran, pese a lo cual una decena de ellos sí lo hicieron y recibieron el dinero reclamado, algunos, incluso, con los intereses correspondientes.
Pero Tamargo defiende, por un lado, que el contrato es nulo de pleno derecho y puede ser impugnado, y por otro, que los problemas de los afectados pueden ir mucho más allá del dinero que han echado en falta en sus cuentas. El abogado puso el ejemplo concreto de uno de sus clientes, que ha descubierto que tuvo en algún momento en su cuenta 500.000 euros de saldo que no eran suyos y que procedían de los movimientos que realizaba Jesús Lobato, presuntamente, para invertir en bolsa con dinero ajeno. Al margen de lo que le desapareció posteriormente, Tamargo cree, por ejemplo, que el Ministerio de Hacienda podría reclamar dinero a su cliente en el futuro por los rendimientos del capital mobiliario. También podría darse el caso de que Hacienda reclamara pagos por ganancias bursátiles de las que los clientes no tenían conocimiento, destacó.
«Hemos observado préstamos, sin permiso del cliente, de hasta 500.000 para invertir en bolsa. Sólo dos de mis representados han constatado movimientos irregulares que suman 1,1 millones», indicó Tamargo, quien cuestiona que el montante global del monumental escándalo financiero sea de «sólo» 1,5 millones, como han apuntado fuentes cercanas a las investigaciones policial y bancaria. «Ese millón y medio podría ser el dinero que falta, pero es que se han movido, al menos 6 millones de euros, y eso puede tener consecuencias negativas, en el futuro, para los afectados», añadió el abogado gijonés, del despacho Espacio Legal.
El letrado, además, quiso diferenciar el dinero presuntamente estafado, «que sí podrían ser esos 1,5 millones», de los otros dos delitos que se le imputan a Jesús Lobato: falsedad en documento mercantil y apropiación indebida. Y es que el detenido, según Tamargo, «dispuso a su obra y arbitrio de dinero de tarjetas y de créditos. También conocía las coordenadas de las tarjetas de sus clientes, por lo que hacía y deshacía a su gusto con el dinero ajeno», añadió.
Tamargo expresó su convencimiento de que Bankinter debería tener «una posición más colaborativa» para resolver el conflicto de la manera más beneficiosa para los perjudicados, algunos de los cuales han visto desaparecer decenas de miles de euros en acciones, han visto aparecer a su nombre préstamos y créditos que jamás habían solicitado y se han encontrado con tarjetas de crédito sin saldo que nunca habían utilizado.
1 comentaris:
hola. me gustaría saber si la estafa puede afectar de alguna forma a la rentabilidad actual que dispongo en mi cuenta nómina bankinter
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