23 de enero de 2012

El juzgado investigará al entorno de María Consolación en la presunta estafa

El Juzgado de Instrucción número 1 de León será el encargado de investigar la presunta estafa de más de dos millones de euros cuya cabeza visible era María Consolación Suárez Velasco, la empleada de Caja España-Duero que ha sido despedida por la entidad por haber engañado a más de una veintena de pequeños inversores con supuestos negocios piramidales de divisas y fondos de inversión.

A dicho juzgado le ha correspondido la denuncia presentada por la propia Caja, quien en un extenso informe relata los hechos y apunta directamente a María Consolación como la principal responsable, aunque también pide que se investigue a su entorno, según ha podido saber este periódico.

La denuncia entró en el juzgado de guardia la tarde del lunes, según fuente judiciales, a raíz de hacerse público la presunta estafa, que podría haber afectado a más de una veintena de pequeños ahorradores. Además de familiares, amigos y allegados, también podrían haber metido el dinero de la indemnización algunos antiguos empleados de Caja España que acaban de ser jubilados como consecuencia de la fusión con Caja Duero. En algún caso, hasta 200.000 euros.

De momento, quienes no se han personado en la causa son los propios afectados. Aunque hay algunos que son partidarios de dar el paso, varios de ellos son reacios porque de esa forma se conocerá públicamente que han caído en una estafa comparable al timo de la estampita, según dicen. María Consolación Suárez Velasco les ofrecía rentabilidades mucho más altas que las que dan bancos y cajas. Con 6.000 euros podían llegar a sacar de intereses 1.500 en dos meses.

La presunta estafadora llevaba diez años, en algún caso, con un negocio que, en realidad, era un castillo de naipes. Los intereses se iban pagando en función de que entraran nuevos socios y más dinero, hasta que llegó un momento en que ya no pudo hacer frente a las deudas.

Muchos de los afectados empezaron a dudar del negocio hace año y medio y exigieron a María Consolación el dinero. Algo que ella evitaba siempre con evasivas y argumentos como que no se podía sacar de la noche a la mañana. En otros casos, en aquellos en los que había dado recibís o facturas con el membrete de Caja España, la presunta estafadora se quedó con muchos papeles alegando que había que renovarlos, lo que realmente era un intento más de destruir pruebas.

María Consolación llevaba un tren de vida que no se correspondía con su sueldo. Viajes a los fiordos noruegos, ropa de Carolina Herrera, un curso de submarinismo para su hijo en Australia... a lo que se suman dos chalés en los alrededores de León, varios pisos y coches, como un BMW 730, valorado en más de 80.000 euros.

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