Cuando se llama al teléfono, no da ni opción a que haya un timbrazo.
Suena un pequeño pitido y una voz femenina dice mecánicamente: «Viajes Priede está de vacaciones
del día 30 de julio al 31 de agosto. Gracias», y adiós. Con este
mensaje, aparentemente inofensivo, se han arruinado las ilusiones de
decenas, quizá cientos, de inmigrantes que habían depositado su
confianza y su dinero en una agencia de viajes.
Tras unos días de locos en las comisarías del aeropuerto y Ciudad Lineal, la Policía ha recibido casi un centenar de denuncias por estafa contra la agencia de viajes Priede Vuelapronto S.L., situada en el barrio de Ascao.
La situación ha afectado a muchos vecinos de la zona, ocupada en gran
parte por inmigrantes, que habían comprado billetes para volver a sus
países este verano. Hay víctimas de Ecuador, Bolivia, Paraguay... Y también unos pocos españoles,
aunque son los menos. En las denuncias el relato siempre es similar:
compraron el billete, pagaron en efectivo, les aseguraron que todo
estaba correcto... Y echaron el cierre sin dar explicaciones. Cuando los
viajeros han ido al aeropuerto o han llamado a las compañías con las
que tenían que volar, la respuesta siempre era la misma: «Les han
estafado».
El sistema que ha usado esta agencia consistió en realizar reservas pero no pagarlas, por lo que se han anulado automáticamente, aunque los clientes ya habían facilitado el dinero a Vuelapronto.
Ahora la Policía está tratando de agrupar todas las denuncias, porque
de momento se han centrado en las dos comisarías mencionadas, pero
podría haber muchas más en otras dependencias y, sobre todo, muchas
víctimas que aún no conozcan el engaño. Heber, ecuatoriano, es uno de
los que ya lo sabe y ha denunciado: «Hace ocho años que no voy a mi país.
Iba a viajar con mi pareja y he estado ahorrando un año. Compré un
billete en marzo para ir a Guatemala y de ahí tenía que volar a Ecuador,
pero ahora no tengo nada. Me han estafado 2.560 euros».
Las cifras, que son altas en todos las denuncias, son peores en el
caso de Sandra, también ecuatoriana: «El 14 de marzo fui a buscar los
billetes. Compré tres por un total de 4.180 euros, y
fui a esa agencia porque hace dos años ya volé con ellos. Mi hijo tenía
el billete para salir el 21 de junio, y ya está en Ecuador, pero mi
marido y yo teníamos que viajar a Quito el 1 de agosto y aquí estamos.
Mi marido fue el martes [día 29] a la agencia y le dijeron que el vuelo
estaba confirmado. Al día siguiente vio la tienda cerrada, empezó a
llamar y sólo salía el contestador. El jueves [día 31] fue al aeropuerto
y le dijeron: 'Ah, ¿usted es de los de Vuelapronto? Les han estafado'. Además, mi hijo ahora está allí y tiene que volver solo. Si le pasa algo también será culpa de la agencia», concluye Sandra.
Cartel de los afectados colocado en la tienda.
ANTONIO HEREDIA
Como Heber y Sandra, las decenas de inmigrantes que querían volver a
pasar una temporada a sus países han tenido que trabajar mucho y ahorrar
para volver a casa. Y ahora no tienen ni viaje ni dinero. En la mayoría
de los casos, los afectados han reconocido sin dudas a la directora de la agencia, la venezolana Mary Carmen Priede, como una de las dos personas que les dijo que todo iba bien. La otra mujer que aparece en las denuncias es una empleada llamada Jimena.
Mary Carmen, de unos 45 años, ha tenido ya una agencia de viajes en
la zona centro durante más o menos una década, según datos del Registro
Mercantil. La de ahora, Vuelapronto, fue constituida hace algo más de
tres años.
La Policía está buscando tanto a Mary Carmen como a Jimena
para tomarles declaración y, en su caso, detenerlas por un presunto
delito de estafa continuada. Según los cálculos de las denuncias
recibidas, la cantidad global que han perdido los clientes de la agencia ronda, por el momento, los 150.000 euros.
Aunque es probable que aparezcan muchos más, porque los que se han
percatado del timo son los que tenían que viajar justo estos días y han
ido a la agencia o al aeropuerto a reclamar, pero puede haber otros que
tengan billetes para mediados de este mes o para septiembre.
En la mayoría de los casos, las denuncias también recogen que la
agencia fue dando largas a los clientes y a muchos les citó para que
fueran a recoger su billete o a reservar los asientos del avión el día 31 de julio, pero el 30 ya estaba cerrada a cal y canto. Todos empezaron entonces a llamar por teléfono, pero al otro lado sólo contesta la voz mecánica.
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