Sé el dinero que tengo, más o menos. Cuanto más dinero tienes más
consciente debes ser de lo que hay sobre la mesa. Está en juego tu
futuro y el de tu familia. Las inversiones, mover el dinero
adecuadamente, me ocupa bastante tiempo, pues podría haber pérdidas,
operaciones en falso... Hay que estar encima, ser tú el que decide. Las cosas importantes del dinero no se deben delegar". Cuando Pau Gasol
pronunciaba estas palabras, en diciembre de 2009, hacía apenas seis
meses que había entrado en el negocio que acabaría convirtiéndose en el
más ruinoso de su carrera, a decir de lo relatado en la querella
criminal que ha interpuesto junto a su hermano Marc Gasol y el también
baloncestista Jorge Garbajosa, ya retirado.
El partido que los tres campeones del mundo (2006) nunca habrían
querido disputar se celebra ya en los juzgados madrileños de Plaza de
Castilla. Están en juego al menos 14 millones de euros.
El pasado 17 de septiembre fue admitida a trámite la querella criminal
que los tres han interpuesto contra quienes han sido más que sus hombres
de confianza. "Son mis amigos", dijo en repetidas
ocasiones Pau Gasol de las personas contra las que ahora litiga. Se
trata de Arturo Ortega, su agente desde la adolescencia, y de Enrique
Rodríguez, encargado de gestionar la imagen y los contratos
publicitarios de los Gasol también prácticamente desde sus inicios,
hasta que en 2012 rompieron precisamente por el asunto que ahora los
lleva a los tribunales.
En la querella, a la que Crónica ha tenido acceso en exclusiva, se
acusa a Ortega, a Rodríguez y a los empresarios Raúl Esteban Herranz y
José Manuel Castillo López de "delitos de apropiación indebida en
modalidad societaria, administración fraudulenta, imposición de acuerdos
abusivos, impedimento del ejercicio de derechos sociales y cuantos
otros pudieran derivarse de la instrucción".
Los Gasol y Garbajosa, según recoge el escrito, aseguran que Arturo
Ortega y Enrique Rodríguez les ofrecieron en 2009 participar en un
proyecto empresarial aparentemente de poco riesgo: "Encabezado, según
les informaron, por otras dos personas, de supuesta profesionalidad,
seriedad y solvencia empresarial, don José Manuel Castillo López y don
Raúl Esteban Herranz", se lee en la querella. Se les animaba a que invirtieran,
asociados con estos empresarios y con los propios Ortega y Rodríguez,
en el sector inmobiliario en la provincia de Guadalajara en principio,
aunque más tarde la empresa amplió también sus miras a la explotación de
la energía eólica en Rumanía.
Los baloncestistas, siempre según la querella, dijeron que sí y
avalaron con su firma los préstamos millonarios necesarios para
emprender estos negocios. "Se trataba de que la solvencia económica y
excelente imagen de estos tres deportistas de élite, que tantos logros
han conseguido en sus equipos y en la selección española de baloncesto,
fueran la llave para la obtención de préstamos millonarios de diferentes
entidades financieras (Banco Pastor -hoy Popular- y Banco Espirito
Santo, en el caso que nos ocupa) así como para obtener de ellos
relevantes desplazamientos patrimoniales con los que financiar la
compañía", se lee en la página 7 de las 104 de que consta el escrito
acusador. El documento legal recoge la petición de tres créditos por un valor total de 10 millones de euros.
Un primer préstamo de tres millones concedido por el banco Espirito
Santo en 2009 y otras dos pólizas suscritas a finales de 2010 de nuevo
con el Espirito Santo (dos millones de euros) y con el Banco Pastor,
filial del Popular (cinco millones).
Se da la circunstancia de que Pau Gasol es imagen del Banco Popular
-desde febrero de 2007, casi cuatro años antes de la concesión del
préstamo-, entidad a la que el pívot publicita con mensajes como "Siente
el efecto Gasol. Cada vez más gente hace crecer sus ahorros con un tipo
muy alto" o "Ahorro a tu medida. Cuando te transmiten confianza, tú
ganas tranquilidad". Pau Gasol renovó por dos años su contrato
publicitario con el Banco Popular en junio de 2013.
"Para su obtención [de los préstamos], los querellados necesitaban la
concurrencia de mis representados al efecto de que avalasen las
operaciones, pues en realidad, sin sus avales, las operaciones no
habrían sido autorizadas", insiste la querella en el papel crucial que
jugaron las tres estrellas del baloncesto para que se aprobaran unos
créditos que las entidades ahora reclaman que se devuelvan. "El motivo
de la solicitud de aquellos préstamos, según informaron los querellados a
mis representados, era la urgente necesidad de fondos de la sociedad
para desarrollar sus ambiciosos proyectos en Rumanía. Lo que no conocían
entonces mis representados y han comenzado a vislumbrar años después es
que aquellos importes irían a parar directamente a incrementar el
patrimonio de los hoy querellados a través de diferentes operaciones
fraudulentas...".
-Yo no me he llevado absolutamente nada y creo que
los socios son perfectamente conscientes de ello -responde Arturo
Ortega, el único de los querellados que contesta la llamada de Crónica
[Enrique Rodríguez no ha podido ser localizado por este suplemento]-. No
sólo no me he enriquecido sino que he aportado dinero a la sociedad y
he sufrido perjuicio igual que ellos -añade.
El montante total de lo supuestamente "distraído", según mantiene la
querella, está por encima de los 14 millones: "... A fecha de hoy parece
que la sociedad carece de cualquier activo y cuenta con deudas
superiores a 14.150.000 euros con diferentes entidades financieras, las
cuales han resultado directamente avaladas por mis representadas", dice
el escrito presentado ante la Justicia por el procurador de los
baloncestistas.
-La empresa tiene una serie de activos que, cuando se realicen, serán
devueltos a los socios -asegura Ortega, quien no detalla cuáles son
esos activos.
Los momentos más dulces
La fotografía de portada de este suplemento, tomada el 4 de octubre
de 2001 tras el fichaje de Pau por los Memphis Grizzlies, recoge uno de
los momentos más dulces de la relación de Arturo Ortega y Pau Gasol. El
pívot catalán (Barcelona, 6 de julio, 1980) tenía 21 años, acababa de
ser elegido en el puesto tres del draft y hacía historia al convertirse
en el segundo español que llegaba a la NBA (tras Fernando Martín) y en
el jugador no formado en EEUU elegido en el número más alto del draft en
aquel momento. Y ahí está, más de medio metro por debajo de los 2,13 de
Gasol, sonriendo como nunca, el artífice del hito: Arturo Ortega. Una
imagen en las antípodas del trato que tienen ahora.
Ortega, de 54 años hoy, había debutado en el mundo de baloncesto con
24 años como entrenador en el Magia de Huesca, pero fracasó con este
equipo y el siguiente -el Caja de Ronda, hoy Unicaja de Málaga- y con 28
años arrojó la toalla para encaminar sus pasos a un terreno que
entonces estaba sin explorar: el de los agentes de jugadores. Dio su
primer campanazo trayendo a Sabonis a España y colocándolo luego en la
NBA, y el pelotazo definitivo cuando en los 90 metió en su cartera al
llamado a ser el mejor baloncestista español de todos los tiempos: Pau
Gasol. Jorge Garbajosa y Marc Gasol, entre otros muchos, también le
confiarían la gestión de sus carreras. "Es difícil creer que
alguien como yo, que no ha tenido ningún problema en 25 años de carrera
como representante, cree una trama delictiva para engañar a tres de mis
mejores clientes y lo haga en una sociedad donde está todo mi
patrimonio", se defiende Ortega.
En la imagen, Enrique Rodríguez no posa con Ortega y Gasol pero no
debía de andar muy lejos. Cuando Pau dio el salto a la NBA y su agenda
se desbordó, Ortega presentó a Gasol a Rodríguez como la persona que
podría ocuparse del marketing. Se fraguó entre los tres una estrecha
relación que trascendió el ámbito profesional. Los representantes
incluso pasaban alguna Nochevieja con Gasol en EEUU y no era raro que el
pívot veraneara en la finca de Enrique Rodríguez en Ibiza. Esta
sintonía y confianza es subrayada repetidamente en la querella como el
motivo por el que los deportistas se embarcaron en la empresa: «...D.
Pau y D. Marc Gasol y D. Jorge Garbajosa (socios únicos de las
mercantiles FUTUR 16, S.L., BIG RED TUNA, S.L. Y GARBA JOR S.L.) habían
sido desde su adolescencia representados en su carrera deportiva por D.
Arturo Ortega Sureda (LORACHE GESTIÓN, S.L) y D. Enrique Rodríguez
Martín (PRIME ONE, S.L.) mantenían con ellos una relación de absoluta
confianza que, como sucede en estos casos, en los que la relación se
inicia en la adolescencia de los deportistas, iba mucho más allá de una
relación deportiva profesional. Bien podríamos decir que se trataba de
una relación familiar. Los citados sres., prevaliéndose de la
ascendencia que mantenían sobre mis representados, les ofrecieron
participar en un proyecto...»
En diciembre de 2009, EL MUNDO nombraba Hombre del año a Pau Gasol,
quien entonces ya jugaba en Los Lakers, y el pívot le concedía a Luis
Fernando López la entrevista en la que pronunciaba la frase con la que
arranca este reportaje: "...Las inversiones, mover el dinero
adecuadamente, me ocupa bastante tiempo, pues podría haber pérdidas,
operaciones en falso...".
Seis meses antes, el 25 de junio de 2009, Gasol, a través de su
empresa Futur 16 S.L, se había hecho con el 9,01% del capital social del
Grupo Giatico. Jorge Garbajosa suscribía el mismo porcentaje (9,01%)
mientras que Marc Gasol se sumaba con un 6,01%. El resto de las acciones
quedaron en manos de los cuatro miembros del consejo de Administración,
-los cuatro querellados: José Manuel Castillo López (28,48%), Raúl
Esteban Herranz (28,48%), Arturo Ortega Surede (4,99%), Enrique
Rodríguez Martín (4,99%)- y de la empresa Diles Investment (9,01%).
Aseguran los tres deportistas que, desde su entrada en la sociedad,
la información que recibieron sobre la actividad de Giatico «fue
prácticamente inexistente". ["Eso es falso, todos conocían los proyectos",
dice Ortega]. Que la compañía sólo dio parte de sus cuentas anuales en
2009, su año inaugural. Que se desoyeron sus requerimientos para que se
les informara del estado económico de la sociedad. Y que ni siquiera se
atendió al auditor que el Registro Mercantil designó a petición de los
Gasol y de Garbajosa.
Lo que en realidad estaba pasando, sostiene el escrito admitido por
el juzgado número 49 de Plaza de Castilla, es que los cuatro querellados
habrían estado "despatrimonializando" la compañía en
beneficio propio. El documento sigue el rastro, por ejemplo, de los dos
préstamos por valor de siete millones de euros solicitados a finales de
2010. Poco después de su concesión, sostiene el escrito, Giatico habría
pagado cinco millones de euros a las empresas de José Manuel Castillo y
Raúl Esteban (Sylmont e Inmogestion) por el derecho a opción de compra
del 60% de las participaciones que los citados empresarios tenían "en
cinco sociedades limitadas domiciliadas en Guadalara". "Los querellados
distrajeron ilícitamente los 5.000.000 de euros a través de aquel
contrato fraudulento, pues las sociedades objeto de aquel contrato,
carecían entonces y carecen hoy, de cualquier valor", se acusa. José
Manuel Castillo, además, aseguran los denunciantes, habría emitido y
cobrado «una factura por importe de 1.160.000 euros en concepto de
comisión por la operación».
"En resumidas cuentas, de los 7.000.000 euros recibidos en concepto
de financiación, supuestamente necesarios para acometer las inversiones
necesarias en los importantísimos proyectos de Rumanía, 6.160.000 fueron
a parar, en el mismo instante en que entraron en la sociedad, a los
propios querellados...", recoge el escrito, que describe otro par de
operaciones similares por cuantías menores.
Ortega responde
-No sé si se ha cometido o no un delito, eso es la Justicia quien
tiene que determinarlo, pero creo que los abogados de los querellantes
me han incluido en la querella de manera injustificada. Entiendo que la
única razón para que sea uno de los querellados es que soy uno de los
cuatro administradores de la sociedad, pero los socios saben
perfectamente que yo no llevaba la administración, que eran otros y que no me he beneficiado de nada
-responde Ortega, de quien Gasol se divorció profesionalmente en junio
de 2012, aunque la primera fricción entre la familia Gasol y Ortega se
produjo mucho antes.
En noviembre de 2009, la madre de los Gasol, María Luisa Sáez,
sorprendía con unas declaraciones en La Gaceta en las que tildaba a los
representantes de "sanguijuelas". "No paran de chuparle la sangre a mi hijo",
decía. "No paran de pedirle dinero y cada vez más. Empezaron llevándose
un 15% de sus derechos, luego un 18 y ahora quieren un 20", aseguraba
sobre los porcentajes que se llevaban de Pau Gasol, al que se le
calculan unos ingresos de 160 millones de euros a lo largo de su
carrera. Al día siguiente, el propio Pau salía al paso de la polémica
con un tajante comunicado: "Enrique Rodríguez (Meta Image) y Arturo
Ortega (Interperfomances) son mis amigos y mis representantes. Son
personas que gozan de toda mi confianza personal y profesional, gracias a
ellos he crecido fuera de la cancha. Son parte importante de mi
reducido círculo de colaboradores y espero seguir contando con ellos
mucho tiempo".
Un lustro después, Pau Gasol, 34 años, flamante fichaje de los
Chicago Bulls, se dirige a sus antiguos «amigos» en un escrito mucho
menos amable: 104 páginas repletas de acusaciones.
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