La Guardia Civil da por desbaratado el intento de la organización criminal Mara Salvatrucha
13 (MS13) de asentarse de forma estable en España. El salto cualitativo
que pretendía la banda se sustancia en el hecho que, entre los
detenidos, están los dos principales líderes: se trata de dos ciudadanos salvadoreños enviados como embajadores desde la propia matriz de la organización. Uno de ellos, el más importante, era el responsable de la llamada clica (unidad territorial marera) de Alicante. El siguiente embajador era el de la clica de Barcelona. Ambos fueron arrestados a la vez que el resto de los sospechosos hasta sumar 35.
Hasta
ahora, las visitas de jefes de bandas de países de Centroamérica, tanto
de la MS13 como de otras tan conocidas como Latin Kings o Ñetas, se
llevaban a cabo sólo para celebrar reuniones de adoctrinamiento y
regresaban al país de origen. Sin embargo, el envío estable de jefes,
llegados en este caso de El Salvador, era un acicate para los
investigadores. La Guardia Civil sabe que, al menos uno de ellos, llegó
en 2012.
Otra de las novedades importantes radica en que los
planes de la organización pasaban por blanquear dinero en España. Los
investigadores detectaron envíos de dinero de entidades salvadoreñas que
iba a invertirse en el sector hostelero. “Dentro de unos días tenían
que visitar un local en Ibi, Alicante, pero es evidente que ya no
podrán”, afirma un capitán de los servicios de información de la Guardia
Civil, responsable de la investigación. Este tipo de operaciones
financieras son otra de las sorpresas que ha deparado el operativo
contra la Mara Salvatrucha, coordinado por un juzgado de Alicante.
Fue
precisamente en esa demarcación levantina, donde hace aproximadamente
dos años se produjo un apuñalamiento que llamó la atención de los
servicios de información de la Guardia Civil, que contaba ya con datos
confidenciales sobre la posibilidad de que la MS13 tratara de
ramificarse en territorio español formando parte de la estructura matriz
y no una banda autónoma nacida por imitación, pero algo autónoma.
Los
planes de la banda, que poco a poco los investigadores fueron
descubriendo, era que querían utilizar España como “cabeza de puente o
trampolín para ampliar su actividad a otros puntos de Europa”, explica
este oficial de la Guardia Civil. Por todo ello y porque paulatinamente
su proceso de implantación se iba tornando más violento, es por lo que
se preparó la operación. Se baraja la posibilidad de que algunos de los
detenidos estén relacionados con tres muertes violentas y con, al menos,
una conspiración para asesinar al miembro de una banda rival, que las
fuentes conocedoras del caso se negaron a revelar por el momento.
Además, la banda se movía por terrenos delictivos como la extorsión, el
tráfico de drogas y las amenazas.
Una quincena de detenidos lo
han sido en Catalunya –Barcelona, Girona y Tarragona- y el resto, en
Alicante y Madrid. Con ellos, se da por descabezado el grupo criminal y
se ha abortado su intento de asentamiento en España. “Ahora, si quieren
intentarlo, tendrán que volver a empezar de cero”, afirma este
responsable de la investigación, que prefiere mantenerse en el
anonimato.
Signos externos
Los tatuajes
son signos externos muy característicos de los miembros de esta y de
otras bandas de origen latino. Mientras que en sus países de origen, los
centros que cuentan con maquinaria láser que los borra crecen a toda
velocidad -es un signo muy identificador y facilita las detenciones-, en
zonas lejanas como España, los pandilleros se dejan llevar y lucen sus
emblemas de siempre. “Vimos que sus tatuajes encajaban con todos
aquellos que habíamos visto en los informes documentales que teníamos
sobre ellos”, afirma el capitán. “Creemos que uno de los detenidos se
había eliminado unas cuantas lágrimas de debajo de los ojos”, explica
este oficial. Se tatúa una lágrima negra en los párpados y mejillas por
cada asesinato que se ha cometido, según marca la tradición marera.
Además, encontraron vírgenes de Guadalupe, el número 503, tres puntos o
el Jockey.
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