El grupo Winterman, agencia de investigación e inteligencia, constata que en el último año han aumentado en un 30% las investigaciones a parejas morosas que se divorcian antes de declararse insolventes. Los investigadores son contratados por la empresa que quieren cobrar la deuda y su trabajo consiste en averiguar si el divorcio responde a causas reales o bien es un montaje para poder declararse insolventes.
Para Josep María Vilamajó, presidente de Grupo Winterman, los deudores recurren a este tipo de engaños para evitar perder su patrimonio. "Todos los bienes comunes y la casa familiar pasa a nombre de uno de los miembros de la pareja, el que no tiene deudas y entonces la pareja se divorcia con la esperanza que este truco sirva para no perder el patrimonio familiar".
En Catalunya los matrimonios son en régimen de separación de bienes, pero en el resto de España, es en régimen de ganaciale, o sea todos los bienes son del matrimonio, por lo que con una deuda del marido, se puede embargar todo el matrimonio familiar.
El perfil de los que recurren a este tipo de estrategias para no pagar las deudas es el de un empresario que ha tenido que cerrar su negocio y con deudas superiores a los 60.000 euros.
Para Vilamajó el engaño funciona hasta que se demuestra que la pareja sigue funcionando como antes del supuesto divorcio. "Nuestro trabajo consiste en evidenciar que la pareja que supuestamente se acaba de divorciar sigue haciendo cosas normales de pareja como salir de fin de semana, ir a buscar a los niños al colegio juntos o mostrarse en público en actitud cariñosa".
En tiempos de crisis, puntualiza Josep María Vilamajó, los fraudes o intentos de fraude están a la orden del día y se llega a límites insospechables. Las simulaciones de robos y siniestros varios han aumentado también en los últimos tiempos.
Para Josep María Vilamajó, presidente de Grupo Winterman, los deudores recurren a este tipo de engaños para evitar perder su patrimonio. "Todos los bienes comunes y la casa familiar pasa a nombre de uno de los miembros de la pareja, el que no tiene deudas y entonces la pareja se divorcia con la esperanza que este truco sirva para no perder el patrimonio familiar".
En Catalunya los matrimonios son en régimen de separación de bienes, pero en el resto de España, es en régimen de ganaciale, o sea todos los bienes son del matrimonio, por lo que con una deuda del marido, se puede embargar todo el matrimonio familiar.
El perfil de los que recurren a este tipo de estrategias para no pagar las deudas es el de un empresario que ha tenido que cerrar su negocio y con deudas superiores a los 60.000 euros.
Para Vilamajó el engaño funciona hasta que se demuestra que la pareja sigue funcionando como antes del supuesto divorcio. "Nuestro trabajo consiste en evidenciar que la pareja que supuestamente se acaba de divorciar sigue haciendo cosas normales de pareja como salir de fin de semana, ir a buscar a los niños al colegio juntos o mostrarse en público en actitud cariñosa".
En tiempos de crisis, puntualiza Josep María Vilamajó, los fraudes o intentos de fraude están a la orden del día y se llega a límites insospechables. Las simulaciones de robos y siniestros varios han aumentado también en los últimos tiempos.
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