Estamos en un pais donde la justicia defiende al delincuente y castiga la víctima, afortunadamente, hoy hemos de alegrarnos de que la justicia aplique el sentido común y castigue a los delincuentes de forma ejemplar. El robar se va a acabar.
Los grupos de carteristas y ladrones de poca monta han campado a
sus anchas por el centro de las ciudades durante los últimos años. Si los
cogían, cumplían una mínima sanción y volvían al campo de batalla.
Ahora, sin embargo, la cosa puede cambiar. Además de las nuevas condenas que el
Código Penal contempla para los hurtos, la Audiencia
Provincial de Madrid también
ha puesto su granito de arena. La pasada semana determinó por vez primera que
uno deestos clanes de ladrones
componía un grupo criminal que
actuaba en coordinación para cometer hurtos a diario en el Metro de Madrid.
Se trataba de la familia Ibrahimovic, también conocida
popularmente como el 'Clan de las Bosnias'.
Las mujeres estaban perfectamente organizadas y actuaban como una orquesta de ladronas.
Unas rodeaban a la víctima, otras la distraían, otras robaban y otras huían con
el botín. Aprovechaban para atracar en las horas punta, cuando se concentraban
las mayores aglomeraciones en el Metro.
Las multitudes, de hecho, eran el mejor escenario para sus
actuaciones. Era como jugar en casa. Hasta el punto de que en muchos casos
incluso ellas mismas eran las que provocaban el agolpamiento de
personas para
actuar en medio del caos. Paraban las escaleras mecánicas, por ejemplo, para
generar pequeños amontonamientos de usuarios del suburbano y actuar.
Tenían
estudiado hasta el tipo de víctimas que más les beneficiaba atracar: los
extranjeros. Sabían que, si alguno de ellos las atrapaba y las llevaba a
juicio, habría menos posibilidades de que el proceso llegara a término, ya que
estas personas tienen más dificultades de acusar.
Eran el terror de los madrileños que viajaban en Metro, que ejercía la acusación particular en el
proceso que se ha seguido hasta la semana pasada en la Audiencia Provincial,
contabilizó más de14.000 denuncias por hurtos en
2012, que fue el último año que actuaron las Bosnias, porque en
ese ejercicio fueron detenidas. De hecho, la criminalidad descendió un 40% el
año siguiente. Eran el auténtico terror de los madrileños que viajaban en el
Metro, entidad que llegó incluso a prohibirles la entrada, una decisión que
posteriormente obligó a rectificar la Audiencia Provincial.
En ese momento, las Ibrahimovic parecían
condenadas a delinquir de por vida en el metro, ya que sus países de origen
–Bosnia Herzegovina y Montenegro– las rechazan porque no las consideraban
ciudadanas nacionales. Ahora, sin embargo, según su abogado, las dos que
aparecieron en el juicio están reinsertadas, tienen trabajo e incluso una ha
tenido una hija.
Las otras cuatro están en busca y captura. La sentencia condenó
a las dos –que acumulaban 20 casos de antecedentes por robo– a seis meses
de prisión que el Código Penal permite conmutar por una multa de 1.800
euros, que ambas podrán abonar en 18 cuotas de cien euros al mes.
Imposible dar más facilidades.
A pesar de la asequible pena, lo cierto es que la sentencia
-resultado de la conformidad entre la defensa, la acusación y la Fiscalía- escondía
elementos más relevantes para la jurisprudencia. El fallo determinaba que el
clan de las bosnias era un grupo criminal y esto sienta precedente.
El propio fiscal jefe de la Audiencia Provincial, José Javier Polo,
califica la resolución como “muy importante”. “Es la primera vez que se
reconoce como un grupo criminal a este tipo de delincuentes”, asegura Polo,
quien explica que de este modo “se castiga a quienes cometen los delitos en
grupo” por actuar en conjunto y no solo por robar. Desde Metro de Madrid
también consideran la sentencia de suma importancia por el mismo motivo.
1 comentaris:
Lo que se está haciendo en Barcelona ciudad, es aplicar la máxima de los 400 Euros, convenciendo a la víctima de que en la denuncia incluya un smartphone de última generación, para así poder imponer pena de prisión y no multa como se resuelve el robo por menos de 400 Euros.
Con esta táctica se ha reducido radicalmente el hurto en Metro y calles de Barcelona.
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