Como ya hemos denunciado otras veces en el blog, Antonio Arroyo continua actuando y es el mayor estafador hipotecario de España. Así lo asegura la Policía Nacional y su nombre ha salido a la palestra por estar detrás de uno de los desahucios más mediáticos
de las últimas semanas. Ayer dejó en la calle a Umberto, un madrileño
de Tetuán que solicitó un préstamo de 4.000 euros y que no pudo
reembolsarlo por los intereses aplicados.
Pero como Arroyo hay muchos más, al igual que estafados que se cuentan por miles. Entre estos últimos figura Carmen Martínez. La anciana desahuciada a finales de 2014 de su casa en el barrio de Vallecas y a quien el Rayo Vallecano decidió ayudar
donando parte del dinero de lo recaudado en su taquilla. El hijo de
Carmen también solicitó dinero a un prestamista. Se habla de varios
miles de afectados. Sólo las víctimas de Arroyo, como él mismo ha
reconocido en declaraciones al programa de Ana Rosa Quintana, superan
las 1.500.
El 'modus operandi', según asegura la Policía, se
repite en todos los casos. Personas como Umberto solicitan un préstamo
poniendo la casa como aval. Y al final terminan perdiéndola. Antes de
perder la casa, el prestamista les sube los intereses por retrasarse en
el pago. Hasta un 29% de más les ha llegado a cobrar como atestiguan el
medio centenar de denuncias que acumula.
Las víctimas señalan
también al notario como cómplice de todo el entramado por el que Arroyo
ha estado detenido en tres ocasiones por estafa y falsedad documental,
aunque nunca le han condenado. Según desveló La Sexta en su programa
'Equipo de investivación', llegados a la notaría los afectados reciben
una segunda sorpresa. En la escritura firmada figura que alguien ha
tasado a la baja la casa con la que avalan el préstamo.
Las
personas afectadas por esta práctica coinciden al reconocer que el
interés fijado inicialmente para el préstamo es del 8% aunque, ya
sentados ante el notario, se les obliga a firmar unas letras de cambio
que multiplican la cantidad recibida y vencen a los seis meses. Hasta
tres veces más que el 8% prometido ya que los intereses de demora disparan la deuda al 29% con una fecha límite para saldarla. Si en seis meses no lo devuelven, el prestamista se lo cobrará con su vivienda.
La mayoría de las víctimas de financistas privados se han agrupado en la asociación Adevif
y confían en que las demandas conjuntas conduzcan a los jueces apreciar
la existencia de un modus operandi y, por ende, una trama organizada.
1 comentaris:
Con toda la gente a la que le ha quitado la casa y el tío sigue por ahí campando a sus anchas como si no pasara nada.
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