Los Mossos d'Esquadra han desarticulado en Barcelona y su área metropolitana una banda internacional que se dedicaba a falsificar documentos de identidad de países de la Unión Europea para después cometer diferentes tipos de estafas.
La policía autonómica ha informado hoy de la detención de 30 presuntos miembros de la organización, entre ellos los cabecillas, de los que diez han ingresado en prisión por orden judicial, además de otras nueve personas que están en busca y captura. De los 39 implicados, 32 tienen nacionalidad brasileña, 3 son paquistaníes, dos españoles y otros dos chilenos.
La investigación se inició hace seis meses dirigida por la magistrada titular del juzgado de instrucción número 8 de Barcelona, que recibió varias denuncias de entidades bancarias en las que se habían abierto cuentas con supuestas identidades falsas.
Los agentes del grupo de estafas del Área Territorial de Investigación (ATI) de Barcelona iniciaron las pesquisas para conocer por qué varias personas habían abierto cuentas bancarias bajo identidades falsas y la investigación les condujo, el pasado 13 de septiembre, a cuatro locales que la banda utilizaba para falsificar la documentación.
La juez también ordenó la entrada y registro de 13 domicilios situados en Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet de Llobregat y Badalona, donde localizaron documentación falsificada, aparatos informáticos y datos con los que completaron el puzzle del funcionamiento y fines de la organización criminal.
Según la policía, la banda falsificaba los documentos para venderlos a extranjeros sin permiso de residencia que se encuentran en España y otros países de la UE y también para realizar diversos tipos de estafa.
Los delincuentes falsificaban DNI, pasaportes, certificados NIE, nóminas, certificados de empresas y hojas de liquidaciones de contratos.
Las dos estafas más habituales detectadas por los mossos consistían en formalizar contratos de telefonía móvil asociados a la recepción gratuita de teléfonos de gama alta y hacer compras de material informático, siempre bajo identidades falsas para no pagar luego las facturas o recibos. Cuando las facturas de las compañías telefónicas o de las compras efectuadas por la banda llegaban a las cuentas bancarias éstas estaban vacías y al haber sido abiertas bajo identidad falsa la acción contra el titular resultaba infructuosa.
Los teléfonos móviles conseguidos por la banda eran luego vendidos por 400 euros, dependiendo de la marca y modelo, en locutorios y comercios de telefonía, algunos de ellos regentados por miembros de la organización.
Los detenidos no sólo se lucraban con la venta de los terminales sino que también se aprovechaban del uso indiscriminado de la línea telefónica contratada hasta que la compañía telefónica se percataba del fraude.
Otra de las modalidades de estafa que también ha documentado la policía a la banda es la denominada "phising", que consiste en que un pirata informático ubicado fuera de España hacía transferencias fraudulentas a cuentas corrientes abiertas con documentación falsa. Los delincuentes retiraban el dinero transferido fraudulentamente y se repartían el importe conseguido con el "hacker".
Según ha explicado el jefe de la ATI de Barcelona, el inspector Ramón Grasa, el grupo criminal estaba muy jerarquizada y con una estructura definida entre los que se encargaban de falsificar los documentos, que eran los dirigentes de la organización; los que abrían las cuentas, hacían las compras y consumaban las operaciones fraudulentas, a los que denominaban "coyotes"; y los receptadores que compraban el material procedente de las estafas. Según Grasa, los detenidos, que tienen entre 21 y 51 años, también habían operado en el resto de España.
La policía autonómica ha informado hoy de la detención de 30 presuntos miembros de la organización, entre ellos los cabecillas, de los que diez han ingresado en prisión por orden judicial, además de otras nueve personas que están en busca y captura. De los 39 implicados, 32 tienen nacionalidad brasileña, 3 son paquistaníes, dos españoles y otros dos chilenos.
La investigación se inició hace seis meses dirigida por la magistrada titular del juzgado de instrucción número 8 de Barcelona, que recibió varias denuncias de entidades bancarias en las que se habían abierto cuentas con supuestas identidades falsas.
Los agentes del grupo de estafas del Área Territorial de Investigación (ATI) de Barcelona iniciaron las pesquisas para conocer por qué varias personas habían abierto cuentas bancarias bajo identidades falsas y la investigación les condujo, el pasado 13 de septiembre, a cuatro locales que la banda utilizaba para falsificar la documentación.
La juez también ordenó la entrada y registro de 13 domicilios situados en Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, L'Hospitalet de Llobregat y Badalona, donde localizaron documentación falsificada, aparatos informáticos y datos con los que completaron el puzzle del funcionamiento y fines de la organización criminal.
Según la policía, la banda falsificaba los documentos para venderlos a extranjeros sin permiso de residencia que se encuentran en España y otros países de la UE y también para realizar diversos tipos de estafa.
Los delincuentes falsificaban DNI, pasaportes, certificados NIE, nóminas, certificados de empresas y hojas de liquidaciones de contratos.
Las dos estafas más habituales detectadas por los mossos consistían en formalizar contratos de telefonía móvil asociados a la recepción gratuita de teléfonos de gama alta y hacer compras de material informático, siempre bajo identidades falsas para no pagar luego las facturas o recibos. Cuando las facturas de las compañías telefónicas o de las compras efectuadas por la banda llegaban a las cuentas bancarias éstas estaban vacías y al haber sido abiertas bajo identidad falsa la acción contra el titular resultaba infructuosa.
Los teléfonos móviles conseguidos por la banda eran luego vendidos por 400 euros, dependiendo de la marca y modelo, en locutorios y comercios de telefonía, algunos de ellos regentados por miembros de la organización.
Los detenidos no sólo se lucraban con la venta de los terminales sino que también se aprovechaban del uso indiscriminado de la línea telefónica contratada hasta que la compañía telefónica se percataba del fraude.
Otra de las modalidades de estafa que también ha documentado la policía a la banda es la denominada "phising", que consiste en que un pirata informático ubicado fuera de España hacía transferencias fraudulentas a cuentas corrientes abiertas con documentación falsa. Los delincuentes retiraban el dinero transferido fraudulentamente y se repartían el importe conseguido con el "hacker".
Según ha explicado el jefe de la ATI de Barcelona, el inspector Ramón Grasa, el grupo criminal estaba muy jerarquizada y con una estructura definida entre los que se encargaban de falsificar los documentos, que eran los dirigentes de la organización; los que abrían las cuentas, hacían las compras y consumaban las operaciones fraudulentas, a los que denominaban "coyotes"; y los receptadores que compraban el material procedente de las estafas. Según Grasa, los detenidos, que tienen entre 21 y 51 años, también habían operado en el resto de España.
0 comentaris:
Publicar un comentario