22 de junio de 2013

La policía investiga a una ‘masterchef’ por la trama de evasión fiscal de Gao Ping

Samantha Vallejo-Nágera, miembro del jurado de Masterchef, el concurso que arrasa en TVE-1 cada noche del martes, llamó y concertó un encuentro con Malka Maman, la ciudadana israelí miembro de la trama internacional de blanqueo y evasión fiscal descubierta en la Operación Emperador contra la mafia china. Después fue su marido, el enólogo y consejero de las Bodegas del Marqués de Riscal Pedro Aznar Escudero, el que quedó con esa mujer —actualmente encarcelada por los presuntos delitos contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales— en una cafetería de la madrileña calle Orense.



La policía, que grabó las conversaciones de ambos con Malka y fotografió la cita del esposo de Samantha con esta, cree que, en esa reunión, la pareja pudo recibir de la red 55.000 euros en efectivo no declarados a Hacienda. La cocinera, sin embargo, ha asegurado a EL PAÍS que Maman le había encargado un catering de comida kosher para una fiesta judía con 200 invitados y disc-jockey, que todas las conversaciones se ciñeron al presupuesto de ese encargo —supuestamente, esos 55.000 euros— y que después, jamás se volvieron a ver. Las negociaciones sobre el catering, según Vallejo-Nágera, no prosperaron.

Malka Maman era el enlace español de una trama dirigida por el belga François Leiser, joyero involucrado desde los años setenta en operaciones de evasión fiscal y exportaciones prohibidas de oro a Suiza, un viejo conocido de las policías europeas. En el sumario de la Operación Emperador aparece como el jefe de una especie de multinacional dedicada a facilitar que empresarios, aristócratas y profesionales europeos con cuentas millonarias en paraísos fiscales no paguen en su país los impuestos que les corresponderían. Al menos 45 empresarios españoles aparecen en los informes de la policía como clientes de su red en España; entre ellos, Vallejo-Nágera y su marido.

El esposo de Samantha Vallejo-Nágera, Pedro Aznar Escudero, con la cabecilla de la trama de blanqueo Malka Maman en una imagen obtenida por la policía.


¿Cómo funciona la trama? Ayudando a los acaudalados españoles a sacar dinero de sus cuentas en Suiza u otros paraísos fiscales sin pasar por Hacienda. Si el millonario necesita 100.000 euros, Leiser se lo entrega en mano a través de sus subordinados, en su propio domicilio o en alguna cafetería u hotel de lujo, en sobres o bolsas llenos de billetes pequeños y manejables. Para que el sistema funcione, Leiser necesita también otro tipo de clientes: los que tienen dinero en efectivo en España y lo que desean es lo contrario: sacarlo del país sin pagar impuestos. Este es el lazo de la trama de blanqueo con la mafia de Gao Ping. Esta manejaba ingentes cantidades de billetes —procedentes del contrabando y la venta en bazares—, que entregaba a la red de Leiser y Maman a cambio de recibir ese mismo importe en sus cuentas de China u otros países. Los clientes españoles de Leiser, antes de recibir sus fajos, realizaban la transferencia al país y banco que el belga indicaba. El círculo de evasión quedaba cerrado.
La relación de la cocinera de Masterchef con la red de blanqueo aparece en los informes policiales del sumario del caso Emperador. En estos se refleja cómo el 24 del mayo del año pasado, Malka intentó ponerse en contacto con Samantha pero no tuvo éxito. El objetivo era entregarle “55” (que los agentes interpretan como 55.000 euros de acuerdo a otras transacciones), según una conversación que mantuvo la israelí con su jefe, Leiser, actualmente en busca y captura por la Audiencia Nacional. “Malka le informa [a Leiser] de que llamó a la señora ayer y hoy para los 55”, indica el informe policial. Ese día no consiguió hablar con ella.


Los agentes sospechan que la chef  pudo pedir a la red la entrega de 55.000 euros en efectivo
Samantha devuelve la llamada a Malka a la una y diez del 25 de mayo. Le dice que llama “de parte de Arturo”. Arturo es uno de los intermediarios más importantes de la red de blanqueo. La supuesta identidad de este último fue revelada la pasada semana durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu por el empresario Antonio Banús, al que también se atribuye el haberse servido de la red para obtener parte de sus fondos guardados en el extranjero sin pagar impuestos.

Se trataría, según Banús, de Arturo Fasana, un gestor de patrimonios que administraba en Suiza un grupo de cuentas bancarias propiedad de decenas de españoles. Entre ellos estaban el cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, y empresarios como Fernando Martín, el promotor inmobiliario de la quebrada Martinsa-Fadesa. Samantha, sin embargo, asegura que el Arturo al que ella se refería no es Fasana, sino otro cliente suyo que la puso en contacto con Malka para organizar la fiesta judía. Las referencias a “Arturo” de Leiser y Maman como la persona que suministraba clientes españoles son constantes a lo largo de sus conversaciones.
En esa llamada del 25 de mayo Samantha advierte a Malka de que no podrá ir al encuentro que tienen previsto ese mismo día porque se encuentra “en Ibiza”. “Pero mi marido está en Madrid y lo va a coger mi marido”, dice la cocinera en la conversación grabada por los agentes. Malka propone que la cita se produzca ese mismo día por la tarde. “Vale”, responde Samantha. “Ahora te llama mi marido, que se llama Pedro Aznar”, añade. Una hora larga después de esa breve conversación, Malka vuelve a telefonear a François Leiser y le informa de que ya había conseguido hablar con la cocinera. En otra posterior y cuatro horas después le dice que “en breve” iba a tener el encuentro.


La fiesta, que Samantha no organizó, incluía mobiliario, 'disc-jockey' y comida para 200 personas, según la cocinera

El siguiente contacto se produce a las siete menos cuarto de ese día. Es Pedro Aznar, el esposo de Samantha, el que llama a Malka. Sopesan quedar en unos grandes almacenes de la Castellana, en Madrid, pero luego deciden que se verán será una cafetería de la cercana calle Orense en una hora, a las ocho menos cuarto. Ambos bromean sobre la cercanía de sus domicilios, cerca de Cuatro Caminos. “Entonces, ¿son 55, no?”, pregunta Malka a Aznar para asegurarse de la cantidad. Este responde que sí.

Ambos se encuentran a la hora pactada en la cafetería. No se dan cuenta de que, en todo momento, dos agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la policía les vigilan. Toman fotos de Malka y Pedro Aznar dirigiéndose a la moto de este último. Pasado un cuarto de hora, el esposo de Samantha abandona el lugar en su vehículo y se marcha a su casa. La policía lo sigue discretamente hasta allí.

Nada más separarse, cuando faltan escasos minutos para las ocho de la tarde, Malka vuelve a llamar al número suizo de François Leiser. Le informa de que ya se ha reunido con Pedro Aznar, “ese amigo de Arturo”, dice, refiriéndose de nuevo al intermediario. La conversación se mantiene en el idioma de ambos, el hebreo. Malka le cuenta como curiosidad que esa persona —Aznar Escudero, el esposo de Samantha, una de las estrellas televisivas del momento— vive a pocos metros de su casa.

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